Los partidos aragoneses acogieron ayer con agrado las últimas manifestaciones de dirigentes de CiU que reclaman la paralización del Plan Hidrológico Nacional (PHN) mientras se estudia la alternativa del trasvase del Ródano francés frente al del Ebro. El PP, por el contrario, atacó al presidente aragonés, Marcelino Iglesias, por aplaudir a quienes cuestionan el Pacto del Agua.

El pasado miércoles, un alto cargo de CiU en las Tierras del Ebro, Francesc Sancho, abogó por paralizar el PHN y cuestionó que el trasvase del Ebro sea viable. Argumentó que el caudal mínimo de mantenimiento del río debe ser, al menos, de 135 metros cúbicos por segundo (el PHN fija 100) y que no todos los años se podrá garantizar la cesión, lo que aconseja estudiar la del Ródano.

Según el socialista Francisco Pina, estas manifestaciones y el cambio de postura de CiU (que votó a favor del plan de Matas) son "un refuerzo importante para las tesis de Aragón". Pina añadió: "El trasvase cada vez va a ser más difícil".

Javier Allué, del PAR, consideró que la actitud de CiU "viene muy bien en la lucha contra el trasvase", pues, "desgraciadamente, no es lo mismo que se oponga la DGA a la cesión a que lo haga la Generalitat".

Bizén Fuster (CHA) confió en que los cambios políticos "permitan una paralización definitiva" del plan. Y opinó que la coalición de Jordi Pujol, presidente catalán, estuvo "muy condicionada" por su dependencia del PP (está en minoría en Cataluña) cuando votó a favor del PHN.

Adolfo Barrena, de IU, destacó que se gana "un aliado" y que crece "la soledad del PP", aunque mostró su "preocupación" por la posibilidad de que se trate de una "propuesta electoral oportuna".

ELECTORALISMO Y es que los partidos admitieron que la actual postura de CiU podría tener "cierto tinte electoral", para evitar un derrumbe en las Tierras del Ebro, pero no consideraron que esto sea la clave.

Por el contrario, para el presidente del PP aragonés, Gustavo Alcalde, ésa es precisamente la explicación del cambio de opinión de Convergencia. "Intenta contentar al Delta, pero después de las elecciones retomará un PHN que Pujol negoció muy bien" (obtuvo a cambio un plan de protección para el Delta de unos 450 millones de euros).

Alcalde arremetió contra el presidente aragonés, el socialista Marcelino Iglesias, quien ha considerado que la posición de CiU supone "la muerte del trasvase". Al dirigente popular le produce "asombro y estupor" que Iglesias "se regocije una vez más de cualquier cuestión que ponga trabas a la ejecución del Pacto del Agua". Y es que CiU también recela del histórico acuerdo aragonés, por la incidencia de los grandes embalses sobre el Delta. "Iglesias prefiere quedarse ciego para que otros se queden tuertos", dijo Alcalde.