Candanchú y el valle del Aragón pueden salvar la temporada de esquí y también su futuro a largo plazo. Un acuerdo alcanzado ayer entre el Gobierno de Aragón y Etuksa, la sociedad que explota el centro invernal, aleja de momento la amenaza de cierre que se cernía sobre la estación y que ponía en peligro la misma estabilidad económica de la comarca de Jaca. Con 40 empleados que llevan meses de cobrar y una deuda de 4,7 millones de euros, Candanchú estaba hasta ayer al borde de la bancarrota.

La noticia fue recibida con "alegría y satisfacción" en las poblaciones afectadas, cuyos alcaldes habían aprobado el pasado miércoles una iniciativa en la que denunciaban la situación desesperada en que podía quedar el valle del Aragón si este invierno no abren las pistas de esquí.

En una escueta nota emitida en la tarde de ayer, el Gobierno de Aragón dio cuenta de que el grupo Aramón, participado al 50% por Ibercaja y la Administración autonómica, se hará cargo de la gestión y explotación de la estación de esquí durante la próxima temporada, previo pago de un alquiler de 600.000 euros.

EMBARGO Con esa suma, Aramón abonará las nóminas atrasadas de los empleados del centro de deportes de invierno, que llevan cinco meses sin cobrar, así como la deuda acumulada con las compañías eléctricas.

"El pago de las nóminas atrasadas es lo primero que hará Aramón", aseguró ayer un portavoz del Gobierno de Aragón que aseguró que las "negociaciones continúan" y que este "primer paso" no puede todavía considerarse el inicio de la compra del complejo invernal más antiguo de España. En el mismo sentido, esta misma fuente explicó que "todavía no se ha abordado si el forfait de Aramón se extenderá igualmente a Candanchú".

En las conversaciones han intervenido desde el director de Candanchú, Eduardo Roldán, hasta el consejero de Presidencia y Justicia del Gobierno de Aragón, Bermúdez de Castro.

La situación financiera de Candanchú, que ha llegado a sufrir embargos, se ha ido deteriorando con gran rapidez a lo largo de este año. A las nóminas atrasadas y a la deuda con las compañías eléctricas hay que añadir importantes números rojos con distintas instituciones y organismos del Estado, entre ellos la Seguridad Social.

Con todo, queda un largo camino por delante. Los problemas se amontonan sobre Candanchú, una estación en la que la escasez de inversiones han provocado que sus infraestructuras se hayan ido quedando anticuadas.