Homicidios atribuye un segundo asesinato al hombre que mató a una mujer en la calle Boggiero de Zaragoza

El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón ha atribuido un segundo homicidio al hombre -José Miguel O. C. (España, 1973), alias Josemi- que fue detenido la madrugada del pasado sábado por, supuestamente, matar a una mujer -Mariana V. N. (Bulgaria, 1983)- a la que empujó por el patio de luces de un edificio okupado en la calle Boggiero del zaragozano barrio del Gancho. Los investigadores han llegado a esta conclusión tras completar una serie de indagaciones a raíz de las propias manifestaciones que el sospechoso efectuó a uno de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía una vez le interceptaron en la citada vía. "Joder, vaya suerte tengo. Ya se me murió el otro día en mis brazos un moro, uno al que le compraba hachís", les confesó en relación a la muerte de Abdelmalek (Marruecos, 1985), alias El Francés, víctima presuntamente de la técnica del mataleón porque presentaba una luxación cervical.

Se da la coincidencia de que ambas muertes se produjeron en el interior de un inmueble okupado de la calle Boggiero, concretamente, en el número 152. Según ha podido saber ahora EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el primero de los decesos se remonta al pasado mes de marzo, cuando Abdelmalek finó a las puertas del citado domicilio tras arrastrarle dos conocidos a la calle una vez que se enteraron estos últimos de su estado de salud. Todos ellos, junto al ahora detenido, estuvieron consumiendo estupefacientes la noche del 11 de marzo y no fue hasta dos días después cuando Josemi les indicó que El Francés yacía inerte y no respondía a ningún estímulo. Su justificación fue que se había caído, aunque todo apunta a que ambos mantuvieron una discusión previa que acabó de la peor forma posible con una lesión mortal consistente en una luxación cervical. Al parecer, el sospechoso le estranguló mediante la técnica del mataleón.

Es el mismo modus operandi que Josemi habría seguido el pasado viernes cuando acabó con la vida de una mujer búlgara de 40 años, tal y como avanzó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. En esta ocasión, la data de la muerte también es anterior a la hora de la detención porque los profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) han calculado que pudo morir a primera hora de la tarde, en torno a las 16.00 horas. Y es que, precisamente, a la víctima se le perdió el rastro en torno a esa hora al concretar una de sus conocidas que ya no la encontró en el punto exacto donde habían acordado reencontrarse tras pedir limosna cerca del Mercado Central.

La autopsia revela que las lesiones que presentaba Mariana eran compatibles con una precipitación a tenor de una contusión en la cabeza con estallido craneal. El cadáver también presentaba otras heridas consistentes en una fractura de la nariz, de varias costillas y de las muñecas, de las que presumiblemente fue víctima al ser empujada desde la segunda planta. Y es que los investigadores encontraron un gran charco de sangre en la planta baja que se prolongaba hasta otras estancias del edificio. Todo hace indicar que, una vez ya le dio muerte, la condujo hasta otra estancia para finalmente abandonarla en la calle.

Móvil del crimen

En un primer momento se barajó que el móvil del crimen pudiera ser una agresión sexual porque la víctima presentaba sangre en los genitales, aunque los forenses no apreciaron heridas compatibles con un episodio de esta naturaleza. De todos modos, para aclarar esta hipótesis, tomaron muestras genéticas con la intención de comprobar si hubo relaciones sexuales previas.

Al igual que ya hiciera unas semanas antes, el detenido trató de desvincularse de la autoría de los hechos al personarse en un bar próximo para comentar que una mujer yacía tendida en el suelo a pie de calle. Incluso les refirió que podría haber sido víctima de una violación y, cuando los agentes le interrogaron, les precisó que habían sido tres jóvenes de origen magrebí quienes le propinaron una paliza. Como consecuencia de las incongruencias de su relato y de los restos de sangre que presentaba en la ropa, acabó detenido.

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Josemi durmió en los calabozos de la comisaría de Actur-Rey Fernando y, a la mañana siguiente, fue trasladado de nuevo a la escena del crimen para participar en el registro domiciliario. Al edificio accedieron con las llaves que el detenido guardaba entre sus pertenencias, las cuales permitían abrir el candado que él mismo había incorporado a la puerta para okuparlo. Una vez los agentes de Policía Científica y de Policía Judicial recabaron todas las pruebas que consideraron suficientes, volvieron a trasladarle a dependencias policiales hasta que este lunes le han puesto a disposición de la Justicia.

Con todo ello, el juez del Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza, en funciones de guardia, ha decretado su ingreso en prisión en el centro penitenciario de Zuera como presunto autor de dos delitos de homicidio. Asistido por los abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, ha negado la mayor y ha declarado que es consumidor habitual de sustancias estupefacientes.