El agua y el Plan Hidrológico de Cuenca del Ebro (PHCE) se han convertido en la auténtica emergencia social para Podemos. La formación violeta se reunió ayer en Zaragoza con sus homólogos de otras comunidades para trazar la estrategia de oposición al proyecto aprobado por el Gobierno del PP, y que en Aragón cuenta con el respaldo cerrado del PSOE y de Javier Lambán. Si hace unos días el diputado podemita Pedro Arrojo decía que se avergonzaba del presidente de la comunidad por su posición en este asunto, ayer añadió un nuevo elemento a su lista, el Pacto del Agua, del que también dijo sentir vergüenza.

Los del círculo morado critican la "vieja" política hidráulica que para ellos representan las grandes obras, "el hormigón y la corrupción", en palabras de Arrojo. Y en esa concepción, el Pacto del Agua, que en los últimos tiempos ha unido a todos los partidos en la comunidad, pasa a tener el calificativo de "viejo", y por ende, caduco. "Se sigue hablando del Pacto del Agua como del Cid, es un mito", sentenció el diputado por Zaragoza en el Congreso.

Arrojo criticó el PHCE, que considera un "copia" del plan hidrológico impuesto por el PP de José María Aznar, y que enterraron los socialistas. El diputado apostó por la nueva cultura del agua, y lamentó que durante todos estos años no se haya avanzado "nada". Insistió en que este proyecto aprobado por el Gobierno en funciones supone la "mercantilización" del agua y deja la puerta abierta a los trasvases al ser posible la venta de derechos dentro de una misma cuenca, o entre ellas.

GRAN PAÍS El diputado recordó que el Ebro siempre ha hermanado a los territorios, y que el agua no debe utilizado para enfrentar, sino para unir. En este mismo sentido se expresó su homólogo navarro, Eduardo Santos, que mostró su "orgullo" por pertenecer a este "gran país" que es el río que cruza ambas comunidades. "Hay que rechazar las políticas que intentes dividir", dijo. El leridano Jaume Moya, de En Comú, dejó claro que oposición frontal que se considere el agua como una "mercancía".

Con todos estos miembros, Podemos Aragón y sus otras marcas en el resto comunidades por las que discurre el Ebro, van a plantar cara al PHCE. Lo harán con movilizaciones en la calle, y con iniciativas en el Congreso u otras instituciones, y advirtieron que si se fragua un Gobierno del Cambio --entre PSOE y Podemos--, se finiquitará el proyecto. Aunque los socialistas aragonesas apoyan el plan.

De ahí que Pablo Echenique, que también participó en esta reunión de coordinación, considerase "difícil de entender" la posición del PSOE aragonés y de Javier Lambán, al que su formación acaba de respaldar en el Parlamento autonómico para aprobar el presupuesto del 2016.

"Nosotros apostamos por la ciencia y por el medio ambiente, por soluciones más eficientes frente a la opacidad de los organismos reguladores", dijo el líder aragonés de Podemos. Así se lo hará saber a Lambán en cuanto tenga ocasión. "Hablamos menos de lo que leo por ahí", reconoció Echenique.