La reparación y el acondicionamiento de la ribera del Gállego ya es una realidad. Los márgenes del río se han desbordado en los últimos años como consecuencia de las crecidas que experimenta en cada deshielo. Los tramos afectados por las sucesivas crecidas van desde Santa Isabel hasta la desembocadura del propio Ebro. Se prevé que el Ayuntamiento de Zaragoza, desde la Unidad de conservación del Medio Natural de la Agencia del Medio Ambiente, inicie las obras de los tramos afectados.

Desde el consistorio se aprobó una dotación que ronda los 200.000 euros para la reparación de los desperfectos, según informaron desde la Asociación de Vecinos Ríos de Aragón. Arreglos que no han podido iniciarse hasta que el caudal no se ha reducido.

El principal perjuicio ocasionado en las crecidas, y la continua erosión del cauce del río, es la desaparición progresiva de las zonas adyacentes. Los desbordamientos producidos en los últimos años propiciaron el hundimiento del carril bici. Dicha vía ha sido reparada en varias ocasiones. En las primeras riadas el agua retiró la tierra prensada que conformaba el carril y que volvió a verse afectado en la última crecida. En la subida del caudal producida el pasado invierno, se hundió el terreno que descansaba debajo del carril, reforzado esta vez con cemento, lo que provocó su destrucción.

"Dimos el aviso al ayuntamiento, y se llegó a la conclusión de que no solo debía repararse esta parte, sino todas aquellas que se vieron afectadas", explicó Jesús Fon, portavoz de la asociación vecinal. Aparte de la reparación del carril bici, se prevé arreglar el talud de contención a la altura de Movera que se rompió hace tres años. Gracias a las ayudas procedentes del Estado, la Unidad de Conservación del Medio Ambiente podrá iniciar dichas reparaciones de la ribera.

El ayuntamiento no facilitó ayer datos sobre esta actuación. Aún así, desde la asociación vecinal se mostraron contentos e ilusionados ante la perspectiva de unas reformas que parecen definitivas. El consistorio estudia abrir un canal dentro del propio río, para reducir el impacto del curso del río en la orilla y, que con el tiempo, pueda recuperar su recorrido anterior