La deficiente señalización es el problema más criticado de la nueva estación de autobuses. Muchos viajeros, en particular los de más edad, se apean del autobús o llegan del exterior para abordar uno de los vehículos y no saben a dónde dirigirse. Tardan en encontrar los ascensores o recorren a pie y cargados de bultos largas distancias porque no saben por dónde se entra a la estación o en qué sitio se encuentra la salida. Sin embargo, en el servicio de información son optimistas y creen que es solo cuestión de tiempo que los usuarios se adapten a las dimensiones de la estación y logren orientarse sin problemas por la nueva terminal.