El Ayuntamiento de Zaragoza limitó el uso de las máquinas portaféretros el pasado 15 febrero por no cumplir con todas las medidas de seguridad y no estar homologadas. Lo hicieron después de que se cambiara la normativa debido a una denuncia presentada por los propios trabajadores ante la Inspección de Trabajo que requirió al consistorio para subsanar el problema en julio del año pasado.

Según explicó el responsable municipal del cementerio, Laureano Garín, tras la denuncia interpuesta por los enterradores, Prevención de Riesgos cambió la normativa. Desde entonces, las máquinas dejaron de estar homologadas.

Garín informó que ya se han iniciado los trámites para adquirir otras nuevas que cumplan con los nuevos requisitos y señaló que precisan de unas características tan concretas que no hay actualmente ningún fabricante que las cumpla, por lo que tienen que comprarse a encargo, es decir, con un diseño determinado.

Por ahora, los portaféretros solo pueden utilizarse para elevar las cajas de los difuntos pero no a los operarios. Estos tendrán que realizar las labores a través de andamios.

Hasta que lleguen los nuevos modelos han propuesto a Inspección de Trabajo varias excepciones de uso de las actuales como no asignar de oficio nichos de cuarta y quinta altura, donde los operarios no pueden acceder a no ser que utilicen las elevadoras para poder alcanzar estas filas.

La alternativa, es decir, utilizar andamios, ha sido descartada por los trabajadores debido a la inestabilidad de los mismos, sobre todo los días en los que hay fuertes rachas de viento.

Desde el consistorio también proponen que se adapten las actuales plataformas para mejorar las condiciones y minimizar los riesgos. Así, sugieren que se instalen barandillas de una altura mínima de 90 centímetros.

Según Garín, todavía están a la espera de que la Inspección de Trabajo acepte estas medidas propuestas.