Un hombre de 64 años amenazó ayer por la mañana con quemarse a lo bonzo en el Servicio Provincial de Sanidad y Bienestar Social del paseo María Agustín, en Zaragoza. El potencial suicida, enfermo de cáncer y con una complicada situación familiar, protestaba por algún problema en la financiación de su tratamiento, cuando ante la atónita mirada de la inspectora médica, que le atendía en su despacho, se roció con gasolina y sacó un mechero, amenazando con prenderse si no le atendía un superior. Acudió el director del servicio provincial, y con su colaboración, los policías que llegaron en pocos minutos --la Jefatura Superior está a unos metros-- lograron reducirle. La ambulancia de los Bomberos de Zaragoza le trasladó al hospital Miguel, donde quedó ingresado bajo custodia policial en la unidad de Psiquiatría.

El suceso tuvo lugar en torno a las diez y media de la mañana de ayer. El hombre, G. F. R., un "habitual" del servicio, según fuentes de dirección, había acudido a entrevistarse con una inspectora para protestar por su situación. "Venía mucho, lo que ocurre es que mezclaba cosas. Contaba que estaba enfermo de cáncer de colon, que un hijo había muerto recientemente de la misma enfermedad, que no podía pagarse el tratamiento dental, que cobraba 600 euros, que no le llegaba para pagar las medicinas. Nosotros, en realidad, solo podíamos ayudarle en esto último", relataron las mismas fuentes.

Según algunos testigos presenciales, el hombre pedía que le aumentaran el número de pañales para adultos que le correspondían; según otras fuentes, solicitaba ayuda para pagar las medicinas. Sea como fuere, en un momento dado --según aseguraron desde el Salud, sin mediar palabra-- sacó una botella de agua de dos litros rellena de gasolina y se roció con ella, amenazando con prenderse. "Pedía que viniera el consejero, la televisión y la radio", explicaron las citadas fuentes.

INTERVENCIÓN La inspectora salió del despacho en el que le atendía y dio la voz de alarma. Mientras algunos funcionarios y clientes comenzaban a abandonar el edificio, el director del servicio provincial bajó de la planta superior y trató de tranquilizarle. A los pocos minutos llegaron dos patrullas del Cuerpo Nacional de Policía y varios agentes de paisano, que trataron de rodearle mientras le calmaban. También colaboraron a desalojar al resto de personal y cogieron los extintores del edificio, por si llegaba a cumplir su amenaza.

En un descuido, uno de los agentes de paisano se abalanzó sobre él y le derribó, mientras le agarraba del brazo. El resto de policías rápidamente le quitaron el encendedor y le redujeron. El hombre amenazó gravemente al director y a varios de los presentes, según diversas fuentes, lo que podría costarle una imputación por un delito de amenazas, como confirmó la Policía. El grupo de Homicidios se hace cargo de la investigación.

CUSTODIA Una vez reducido y esposado, el hombre fue conducido a la ambulancia de Bomberos --que habían acudido ante la amenaza de incendio-- y trasladado al hospital Miguel Servet, donde permaneció custodiado por la Policía mientras le evaluaban. Fue ingresado en la unidad de Psiquiatría del centro, y cuando se estabilice será puesto, previsiblemente, a disposición judicial.

Fuentes de la Dirección Provincial de Sanidad manifestaron su intención de entrevistarse con el hombre en cuanto quede en libertad. "Se le veía buena persona", aseguraron.