Israel Giménez Giménez ha sido condenado a diez años y nueve meses de prisión por robar, agredir y dejar atado en el coche a un pastor de Zuera de 69 años, Enrique V. R., al que además dejó maniatado en el coche para desvalijar su casa. El condenado deberá pagar al hombre más de 10.000 euros por las lesiones y sus secuelas --perdió hueso en la cabeza por la tunda y sufre estrés postraumático-- y 5.000 euros al Salud, por los gastos de la atención del pastor, que pasó varios días en la uci hasta que pudo recuperarse.

Según han declarado probado los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza, Giménez abordó al pastor, junto con un cómplice --de identidad desconocida--, sobre las 5.30 horas del 15 de junio del año pasado. Enrique V. R. llegaba a su corral en Zuera cuando ambos jóvenes le sorprendieron y comenzaron a darle patadas y puñetazos, incluso le rociaron la cara con un spray de defensa.

En la trifulca le robaron un móvil y unos 300 euros, y le dejaron atado de pies y manos en su coche. Después, tras hacerse con sus llaves, fueron a su casa y allí lograron otro móvil, otros 400 euros y una caja fuerte, que llevaron a casa de otros dos condenados, Mercedes Pallarés y Bernardo Gutiérrez.

Estos, que aceptaron penas de seis y cuatro meses de cárcel por encubrimiento --en el caso del hombre, atenuada por un transtorno mental--, le ayudaron a abrir la caja fuerte, pero al ver que solo contenía papeles los quemaron y arrojaron la caja fuerte por encima de la tapia a un solar contiguo a su casa.

Ambos aceptaron esta responsabilidad, así como el haber regalado uno de los móviles robados a su hija, por lo que pudo ser recuperado.

Por su parte, el pastor pudo desatarse en su coche y pedir ayuda a un vecino, pero tuvo que estar 21 días ingresado en el hospital y otros 131 convaleciente. Además del trauma y la pérdida de hueso craneal, le quedó como secuela una cicatriz de 7,5 centímetros de largo en la cabeza. Los magistrados recogen en la sentencia que valoran la grave agresión porque "aparte del frío informe de sanidad", existe documentación fotográfica que, "tan solo viéndola, demuestra el estado lamentable en el que quedó la víctima consecuencia de la descomunal agresión".

En la vista fue juzgado un cuarto hombre como presunto cerebro del golpe, pero Fiscalía retiró la acusación contra él por falta de pruebas.