La Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) ha comenzado hoy a borrar la última placa que ensalzaba el alzamiento franquista y que permanecía en la fachada de su edificio, después de honrar a las víctimas de la Institución durante la Guerra Civil en un acto en el que han participado todos los grupos.

"La Excma. Diputación Provincial ofrece este recuerdo perenne de su lealtad a la patria y de su amor a la ciudad, con motivo del glorioso alzamiento nacional contra el comunismo, y en ocasión de dar el concejo a este lugar urbano el nombre de PLAZA DE ESPAÑA", es lo que rezaba la placa conmemorativa que hoy desaparece, que data de 1937.

Ante la atenta mirada de los miembros de la Corporación provincial y de curiosos que se acercaban a esta céntrica plaza de la capital aragonesa, hoy han comenzado los trabajos de borrado de dicha inscripción, la última de este tipo que conservaba la DPZ, si bien ya apenas resultaba legible.

Previamente, se ha celebrado en un jardín interior del Palacio de Sástago, que alberga la Institución Provincial, un acto en memoria de los ocho diputados -incluidos el presidente y vicepresidente- y seis funcionarios asesinados durante la contienda civil, en el que se ha colocado definitivamente una placa conmemorativa creada ya en 2015 y en el que han participado representantes de todos los grupos políticos.

Así, el presidente de la DPZ, el socialista Juan Antonio Sánchez Quero ha propuesto bautizar a este jardín, todavía sin nombre, como "Jardín de la Memoria", en recuerdo a los asesinados "vilmente" durante la Guerra Civil y la represión franquista.

Ha destacado el acuerdo unánime para este homenaje y ha exigido que se cumpla la Ley de la Memoria Histórica y que se ayude a las asociaciones que "tan buen trabajo" hacen para sacar a las personas que están "en las cunetas" y devolvérselas a sus familias.

Por parte de los grupos políticos, Francisco Compés (PSOE) ha ensalzado a estas 14 víctimas, que hace 80 años defendieron "un orden democrático como el nuestro" y "el interés público" y les costó la vida como a otros muchos españoles, y ha instado a eliminar cualquier símbolo conmemorativo del alzamiento.

El popular Francisco José Artajona ha dicho que el recuerdo de estas personas "nos servirá para tener presente cada día la necesidad de vivir en paz", que es "el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos".

El portavoz de En Común, José Ángel Miramón, ha subrayado que la represión "programada y sistemática" tras el "golpe militar fascista" de 1936 y durante los 40 años de dictadura fue, según la Real Academia Española de la Lengua, un "genocidio", ha denunciado que las víctimas han sido "silenciadas" y ha reclamado "verdad, justicia y reparación".

Por Ciudadanos, Elena Martínez ha destacado que estas 14 víctimas murieron por defender sus ideales, "independientemente de que estuvieran en un bando u otro" y que este acto era "casi obligatorio" por la necesidad de "pasar página" y de "hacer un esfuerzo por vivir en paz".

Bizén Fuster (CHA) ha calificado el acto como "de justicia" y "modélico" por el consenso alcanzado, ha expresado que es "muy doloroso" que haya "héroes de primera y héroes de segunda" cuyo olvido está "perdido en las cunetas", pero ha hecho un llamamiento a avanzar, no para superar, sino para no cometer los mismos errores.

En representación del PAR, el diputado José Antonio Sanmiguel también ha incidido en la "póstuma reparación moral" para aquellos que perdieron la vida "sin otra justificación que defender lo que ellos creían" y ha culminado su intervención con una cita del historiador Julián Casanova: "No se juzga el pasado solo para condenar y castigar, sino para entenderlo".