Si el pasado sábado el Gobierno municipal cargó contra el comité de empresa de Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZ), ayer le tocó el turno a la dirección. La responsable de Servicios Públicos, Carmen Dueso, explotó durante la comisión de seguimiento a su gestión y tachó de "impresentable" la actitud mostrada por los dirigentes de la concesionaria del servicio. La concejala les que acusó de despedir a sus trabajadores y tratar de rebajarles el sueldo "solo para recuperar los beneficios" que le va a restar el nuevo contrato, de hacer padecer una huelga a una ciudad "que le ha dado tanto a ganar" con el anterior, de alentarla de una manera burda diciendo que en realidad protestan por las condiciones de los pliegos de un concurso "al que nadie le dijo que se presentara" y por querer "llevarse el dinero de los zaragozanos abusando".

Dueso se ha hartado de templar gaitas con una concesionaria a la que, aseguró, se le va a marcar en corto a partir de ahora. No porque esté o no de acuerdo con la petición de CHA e IU de retrasar los pagos pendientes, sino porque quizá ha llegado el momento de analizar al detalle la deuda con una auditoría que, ayer sí, anunció que se va a realizar para saber de dónde vienen esas revisiones de precios que han derivado en los 15,5 millones de euros con los que el consistorio "no está de acuerdo". Y no se le pagarán hasta conocer con precisión esos gastos, referidos al 2011 y 2012.

UN 15% DE TODO

"Nos parece una cantidad demasiado importante cuando el IPC en esos años solo subió un 5,5%", afirmó la teniente de alcalde de Servicios Públicos. Como ya había apuntado, la principal cuestión que están discutiendo proviene de los gastos de personal. Y parte de la subida prometida a los trabajadores que ahora quiere abortar, porque de cada euro que garantizó que les subiría el sueldo cuando firmó el último convenio, la concesionaria ingresaba 15 céntimos de beneficio, por ese 15% que luego repercutía al ayuntamiento en sus facturas.

Ahora pide cobrárselos al consistorio y quitárselo al personal. Hacerlo después de haber echado a la calle a 153 personas, por más que 27 de ellos fueran bajas voluntarias, y encima alentar la huelga como hizo en un comunicado el pasado sábado, es lo que ha acabado por dinamitar la cordialidad que había tratado de mantener durante la negociación. Ahora el mensaje es otro: "En el Gobierno, y creo que en CHA e IU también, no vamos a consentir que nadie se lleve el dinero de Zaragoza abusando, ni tomándonos el pelo o sin habérselo trabajado lo suficiente. A ninguna empresa, tampoco a esta", sentenció Dueso.

Para la socialista, mezclar la deuda con la huelga "no tiene ni pies ni cabeza", respondiendo a los ataques que le realizó el PP en la comisión, al que le recordó que los despidos y la inaplicación del convenio es "consecuencia de su repulsiva reforma laboral". Pero insistió en que aunque se conocía que la reducción del gasto comportaría ajustes también se ha ofrecido una solución para solventar ese problema.

Pero Dueso afirmó que no ha fructificado porque la empresa que "durante muchos años ha estado ganando cantidades importantes de dinero de esta ciudad porque el contrato estaba basado en unos pliegos antiguos, obsoletos, pero en vigor y que suponían un 15% de beneficio". Y ahora que las condiciones han ajustado "convenientemente" esa ganancia, y después de que la propia empresa se lo rebajara en un 3%, "intenta recuperarlo despidiendo gente y bajando salarios". "Creo que Zaragoza se merece un poco más de una empresa a la que le ha dado tanto a ganar todos estos años. Por tanto, espero que recapacite y deje de poner a la ciudad en la situación que está ahora por un poco más de beneficio. Eso no es lícito", añadió. La empresa volvió a reponder ayer con el silencio.