Un informe elaborado este martes por la Unidad de Arboricultura del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Zaragoza ha revelado la existencia de partes vivas en el laurel del patio de enfermería de la antigua cárcel de Zaragoza (ejemplar catalogado), aunque confirma su avanzado estado de decrepitud.

En este sentido, el estudio biológico del ejemplar constata la existencia de zonas sin vida, a la vez que recoge la presencia de esta en las partes orientadas al Oeste y a partir del metro de altura, ha informado el Ayuntamiento de Zaragoza en un comunicado.

Por ello, el informe considera que "debe darse una oportunidad al árbol hasta la próxima primavera", con el inicio del nuevo ciclo biológico, para constatar el verdadero estado de salud en el que se encuentra.

El informe hace énfasis en el largo proceso de deterioro que viene experimentando el laurel desde hace cuatro años, así como el plan de actuación y el pormenorizado seguimiento que el servicio municipal de Parques y Jardines viene realizando desde hace años, intensificado desde el pasado mes de agosto, para tratar de revertirlo y mantenerlo con vida.

Así, se enumeran acciones como la reparación del sistema de riego, que se encontraba completamente destrozado por mordeduras de perro (cinco anillos de riego independientes); la adición de una capa de "mulch" orgánico (compuesto por astillas de madera compostadas) que permite la conservación de la humedad, evita la insolación directa y disminuye la compactación del suelo; el vallado perimetral de la zona en que se encuentra el árbol (primero de modo provisional y luego, definitivo), impidiendo así el acceso de animales; o el constante control de la humedad existente en el suelo, mediante la instalación de higrómetros en seis lugares distintos a 30, 60 y 90 centímetros de profundidad.

Las principales causas que han motivado el deterioro del laurel, a juicio del informe, se reparten entre el proceso de reconversión urbanística que ha experimentado el entorno (la antigua cárcel de Torrero es hoy una zona residencial) y la rotura de dos de sus grandes ramas durante la nevada del 22 de febrero de 2005 y por un golpe de viento, el 24 de enero de 2009.