El consulado de Alemania de la capital aragonesa amaneció ayer con su fachada salpicada de huevos, después de que el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, fuera detenido en el país germano el domingo. El incidente en este inmbueble, ubicado en la calle Cinco de marzo de Zaragoza, no es el único de similares características que se registra en el país después de la detención de Puigdemont. Por ejemplo, la bandera española colocada en el consulado alemán de Barcelona resultó cambiada por una estelada.