Gobierno y sindicatos escenificaron ayer el acuerdo suscrito la pasada semana. Sirvió sobre todo para que el consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, dejase clara la posición del Ejecutivo tras las dudas surgidas tras la reunión del jueves. El 75% de la extra del 2012 y la subida del 1% se abonarán a los funcionarios en el 2016 mediante anticipos desde marzo y con modificaciones de crédito en diciembre.

Gimeno puso las cosas en su sitio después de que su el director general de Función Pública, Ignacio Zarazaga, dejase entrever que la extra y la subida salarial no se pagarían hasta el 2017. La confusión hizo que CCOO se cayese del acuerdo, que ahora está respaldado por el CSIF y UGT, que suman el 50,09% de la representación de los trabajadores de la Administración autonómica. Un hecho sobre el que el consejero de Hacienda quitó hierro porque existe mayoría suficiente. Gimeno hizo su propia interpretación de la situación. Adelantó, como ya se sabía, que ni el aumento del 1%, ni la extra ni los moscosos figurarán en los presupuestos con partidas. Hacerlo supondría 90 millones de euros más de gasto --60 de la extra; 20 del incremento salarial y 10 de los moscosos--, lo que impediría cumplir con los objetivos de estabilidad presupuestaria, dijo el consejero.

Dejó caer incluso que de tener que presupuestar la cantidad que se pagará a los funcionarios, las partidas damnificadas serían las de gasto social. Lo justificó en el hecho de que las consejerías de Sanidad, Educación y Ciudadanía son las únicas que crecen, y por lo tanto habría que echar mano de ellas para cuadrar las cuentas. El responsable de Hacienda resaltó que "algunos han entendido la situación y otros no", en referencia a CCOO y Cemsatse, que no han firmado, y recordó la complicada coyuntura de desequilibrio financiero que vive Aragón. Dijo que gracias al documento firmado, los funcionarios no solo cobrarán la extra sino que disfrutarán del aumento salarial del 1%, que el Gobierno "no tenía ninguna obligación" de abonar.

"En el último trimestre del 2016 se sabrá con seguridad cuál es el margen presupuestario que tenemos para hacer una modificación con la que incorporar el pago de la extra y, mientras, se autoriza al Gobierno para ir haciendo adelantos desde marzo hasta diciembre", explicó Gimeno, quien añadió que no firmar este acuerdo "hubiera tenido sus consecuencias" y que, haberlo firmado, también las tiene y son "positivas".