La Fundación Rey Ardid, en colaboración con la Obra Social de Ibercaja, ha comenzado la construcción de una nueva residencia para la tercera edad que se espera que esté terminada en 2018 y en la que se ofrecerán 129 plazas.

Los responsables de ambas organizaciones han presentado hoy ante los medios de comunicación los detalles de esta nueva residencia, "pionera" porque incorpora última tecnología, según ha explicado el presidente de la Fundación, Alfonso Vicente, y por estar dotada de un espacio específico para tratar el deterioro cognitivo, ya que cada vez los residentes de este tipo de centros son más mayores.

La residencia tendrá un coste de 6,750.000 euros, incluida la construcción, los terrenos y el equipamiento, y en el proyecto se destaca un amplio jardín de más de 900 metros cuadrados, la integración de la residencia en el entorno, y un amplio número de habitaciones individuales; 51 sencillas y 39 dobles.

Aunque el titular de la residencia será la Fundación Rey Ardid, la Obra Social de Ibercaja colaborará con la financiación a través de la Obra Social, según han explicado durante la presentación.

Los mayores de la residencia Padre Piquer, propiedad de Ibercaja y gestionada desde 2011 por la Fundación Rey Ardid, serán trasladados a la nueva residencia cuando esté en funcionamiento, y partir de entonces la entidad estudiará los usos para este edificio.

El nuevo complejo incluirá también centro de día, con 30 plazas, y espacios para terapia o rehabilitación entre otros.

Las nuevas tecnologías permitirán realizar un mejor control de medicamentos, de limpieza o de higiene en cuanto a los residentes, aprovechando experiencias en otras residencias de la Fundación: "A este centro vendremos a enseñar lo bien que funcionamos con las nuevas tecnologías", ha destacado el presidente de la Fundación.

Vicente ha destacado la buena ubicación del futuro centro, en la zona de la carretera Alcañiz, en el barrio de San León, y ha dicho que el centro de día podrá abrirse a los vecinos del barrio, dando respuesta a una demanda vecinal.

La nueva residencia estará enfocada a personas dependientes, ha añadido Vicente, ya que en ella pueden ser atendidos por profesionales especializados, aunque también podrán solicitar residencia personas válidas.

Vicente ha recordado que la Fundación es una organización no gubernamental sin ánimo de lucro: "No montamos una residencia para ganar dinero sino para atender a las personas vulnerables", de ahí que se vuelquen en pacientes no válidos, que necesitan más cuidados.

El responsable de la Fundación ha destacado también la creación de una veintena de puestos de trabajo, que se sumarían a los treinta trabajadores de la actual residencia que la Fundación gestiona en Teruel, y que se trasladarían al nuevo centro junto a los residentes.

Por su parte, el jefe de la Obra Social de Ibercaja, Juan Carlos Sánchez, ha destacado que la Obra Social de la entidad comenzó su servicio en Teruel en 1964 con la puesta en marcha de una guardería, y de la misma manera que este espacio se reconvirtió a centro social en 1994 cuando la iniciativa privada y pública ya cubrían este servicio en Teruel, ahora ceden el testigo a la Fundación Rey Ardid en la atención a los más mayores.

Así, en 1974 Ibercaja fue "pionera creando esta residencia de mayores" pero cuando a finales de los noventa cambió la normativa de residencias, la entidad decidió recurrir a la Fundación para prestar el servicio y a partir de ahí, estudiar cuál era la mejor fórmula para "continuar con la prestación de servicios".