Un guardia civil adscrito a una unidad especial de la Jefatura de Montaña de Jaca, Óscar Cacho, perdió la vida el pasado jueves cuando practicaba salto base, considerado uno de los deportes extremos más peligrosos, en el valle de Gistaín, en el Pirineo de Huesca.

El accidente se produjo por la tarde, cerca del pico Mobisón Gran, en la zona denominada Punta Calva, que se halla próximo a la localidad de Plan. El agente, de 49 años y nacido en Salamanca, tenía día libre y se encontraba con unos amigos practicando una modalidad deportiva consistente en planear con un traje alado especial que permite el planeo.

El cuerpo del saltador no fue localizado hasta las 7.00 horas de ayer. En su búsqueda intervino un amplio dispositivo con especialistas de los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de Boltaña, del Área de Montaña de Jaca y de la Unidad Especial de la Jefatura de Montaña, apoyado por un helicóptero.

El fallecido pertenecía a la Unidad Especial de Montaña, un servicio de élite dedicado a probar nuevo material, diseñar nuevas técnicas de rescate e impartir cursos a los rescatadores.

Cacho había tomado parte en misiones internacionales, entre otras el salvamento de dos espeleólogos en Marruecos en el 2015, según indicaron fuentes de la Guardia Civil que lo calificaron como una persona «muy metódica con la seguridad».

Al parecer, los compañeros que se hallaban con él realizaron el salto antes y esperaron infructuosamente a que el guardia civil llegara al punto convenido.

Las labores realizadas para intentar contactar con él y, posteriormente, buscarle por la zona se tuvieron que interrumpir a la caída de la noche. Las fuentes consultadas aseguraron desconocer las causas por las que el agente cayó sin tener la oportunidad de salvar su vida.

El salto base es una actividad de alto riesgo que combina el planeo a gran velocidad, usando un traje aerodinámico, con la utilización de un parapente para aterrizar.