--Ha estado en el punto de mira del PSOE y el PP, que codiciaban su voto la semana pasada por la LOFCA (ley de financiación autonómica). Finalmente se abstuvo y ayudó al PSOE evitando su devolución al Congreso. Pero usted, en el fondo, habría deseado otra cosa... ¿Le costó tomar la decisión?

--Costó porque había que negociar contrapartidas con el PSOE. La LOFCA es una ley importante y al Gobierno no le interesaba el varapalo de la devolución al Congreso. A nosotros no nos gusta la ley porque privilegia a unos frente a otros. Lo ha dicho el presidente del PAR y lo hemos repetido en todos los foros. Pero había que ser coherentes y defender nuestras ideas intentando conseguir contraprestaciones para Aragón. Además, no nos gusta la LOFCA pero menos los argumentos de los grupos que querían vetar la ley.

--¿Pero no se puede acusar de incoherencia a su partido, que ha ido suavizando su discurso en este punto?

--La política es a veces de brocha gorda y estamos donde hemos estado siempre. El mensaje positivo de estos últimos días es que hemos defendido el Estatuto, que tiene 14 vías de acceso a la financiación. Tenemos un buen Estatuto que todos debemos conocer y aprovechar. Ahí está el artículo 108, que reclama un convenio bilateral de financiación. Eso es muy positivo y es el pacto que queremos arrancar al PSOE, que tiene que verlo con entusiasmo.

--Pero no parece que el PSOE vaya a darles lo que reclaman.

--El Estatuto lo votamos todos, también el PSOE. ¿Si me creo su postura? En política no hay avales y el tiempo dirá. Pero advierto que no conviene engañar demasiadas veces, porque se pierde la confianza. Tiene que cumplir su palabra como nosotros cumpliremos la nuestra. Pero también eso nos obliga a trabajar mucho a nosotros, porque para el Gobierno central Aragón no es ni el problema ni la prioridad. Por eso debemos estar atentos, para recordar pactos y reivindicar derechos.

--Su postura no es siempre fácil en el Senado ¿le tiran mucho las orejas el PSOE y el PP?

--Yo tenía claro que no iba a invadir los terrenos que pertenecen a la izquierda o a la derecha. Eso es complicado. Mi obligación es defender en Madrid los grandes debates que se producen en las Cortes. Si el Senado fuera realmente una cámara territorial, no tenga duda de que mi trabajo tendría mucho más relieve.

--¿El PAR empieza a sentirse decepcionado por el PSOE?

--En política hay siempre decepciones. Pero llevamos 10 años de Gobierno muy fructíferos. Han sido los mejores del Aragón autónomo y el gobierno de coalición funciona perfectamente, con una sintonía extraordinaria entre Iglesias y Biel. Cuando negociamos el pacto en 1999, yo tenía muy claro que el gobierno debía ser de amplia base, en el que el PSOE debía atraer a la sociedad de centroizquierda y nosotros a la de centroderecha. El PSOE lo ha hecho de maravilla. Nosotros lo hemos tenido difícil al tener a la derecha un gran partido como es el PP. Pero podíamos haber hecho más. No hemos sabido captar más votos. A ver qué pasa en año y medio.

--¿Ha llegado la hora de que el PAR mire hacia la derecha y se alíe con el PP?

--Yo creía en este Gobierno y seguiré creyendo hasta final de legislatura. Después, ya veremos. Ojalá el PAR fuera mayoritario y pudiera ganar las elecciones. No renunciamos. Pero debemos ser capaces de transmitir cosas, y comunicarnos mejor con la sociedad. Nuestro futuro depende en gran parte de lo que transmitamos. A veces no somos capaces de vender ni lo que hacemos.

--¿Puede influir negativamente el doble liderazgo Biel-Boné?

--Un partido es un proyecto político, no algo personalista. Siempre he creído que debemos ser un partido de cuadros, aunque el liderazgo de Biel es indiscutible y todos debemos estar al lado de nuestro líder, que para eso lo hemos elegido. Y cuando no nos guste el trabajo del líder, tenemos la posibilidad en un congreso de elegir otro. Dicho esto, creo que el PAR es y tiene que ser un partido de cuadros, con capacidad de relevos cuando sean necesarios.

--Tenían que celebrar un congreso en enero que, de momento, se pospone. ¿Usted era partidario de haberlo celebrado?

--Nuestro congreso estaba planteado inteligentemente. El primer cuatrimestre del 2010 era un buen momento, porque podrían haber salido buenas ideas, un sólido programa político y un sano intercambio de opiniones. El congreso debería hacerse en esas fechas. No tanto para hablar de liderazgos, que están clarísimos, sino para debatir de política y de propuestas. Y habríamos tomado impulso para afrontar las elecciones. Los electores no quieren sorpresas, pero sí novedades. Y a veces el problema de partidos como el nuestro, con responsabilidades de gobierno, es que nos volcamos en el día a día y nos olvidamos del partido.

--¿Está el PAR en un buen momento? Porque lleva un año de sobresalto en sobresalto...

--Nunca hemos estado en un buen momento. Y ahora, en plena crisis, los ciudadanos quieren seguridad y se vuelcan en el bipartidismo. Pero tenemos tiempo para despegar.

--Y de puertas adentro ¿dónde está el problema?

--Debemos hacer un análisis de lo que nos pasa, para bien o para mal. De los críticos se aprende más que de los que dicen sí a todo. Debemos escuchar a quien critica para construir, no para desgastar. Porque en un partido, igual que en una empresa, si el ciudadano pierde la confianza algo está fallando.

--¿Cómo ve algunos de los grandes proyectos en los que su partido y a veces usted mismo se ha volcado, como Motorland o Gran Scala?

--Aragón necesita grandes proyectos transformadores, y diversificar la economía para no depender solo de un sector. Motorland tiene unas dimensiones magníficas y ya es un hecho. Pero claro, dependía en gran parte del Gobierno de Aragón, mientras que en el otro proyecto que usted menciona, Gran Scala, el Gobierno no es más que un espectador. Gran Scala dependerá de la iniciativa privada, y es cierto que parece que es un proyecto que no avanza. Pero gracias a la Ley de Centros de Ocio de Alta Capacidad no debemos pensar solo en él, puede haber más proyectos interesados en venir.

--¿Quiere decir que si no se hace Gran Scala hay alternativa?

--No hay proyectos incompatibles sino complementarios. Con el tiempo estoy seguro de que veremos un gran proyecto de ocio en Aragón.