La Universidad de Zaragoza criticó ayer el sesgo "mercantilista" de la reforma educativa que piensa aplicar el ministro de Educación, José Ignacio Wert, que, según la institución, aporta a la futura ley un carácter "adoctrinador". Ambos aspectos contribuirán, en opinión del campus, a que los alumnos lleguen a estudiar una carrera "peor preparados".

Desde la universidad no se aplaude la supresión de la selectividad porque "el modelo actual funciona y está demostrado, por lo que no había que tocarlo" porque se basa en "criterios objetivos comparables a las de cualquier otra universidad". La reforma suprime la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), pero abre la puerta a una prueba específica común y reconocida por todas las universidades para acceder a determinados grados --los más demandados--. Esta vía, solicitada por Aragón --el director general de Universidades del Gobierno de Aragón, Tomás Martínez Terrer, acudió ayer, junto al resto de responsables autonómicos, a la reunión con el ministro--, tampoco goza de la aprobación de la universidad "al menos hasta que no se nos defina por parte de la DGA, con la que no ha habido una reunión formal para este asunto, aunque suponemos que nos pondrán al día de lo que llevan en la cabeza", apuntaron fuentes de la universidad, que añadieron que "es cierto que el borrador establece que las universidades pueden fijar procedimientos de admisión para los alumnos pero no indica qué tipo de prueba será y ni siquiera si será un examen o no ni bajo qué directrices o indicadores".

SEVERAS CRÍTICAS En todo caso, el contenido general de la reforma "no va a mejorar los problemas de fondo del sistema educativo", lamentaron desde el rectorado, que incidieron en la "peor" preparación previa a la universidad.

Para el campus, la pérdida de calidad en el trayecto se advierte en varios apartados. "Ese sesgo mercantilista y de adoctrinamiento se materializa en la supresión de contenidos, lenguas e historia propios de las comunidades autónomas o el hecho de que los alumnos entrarán a estudiar una titulación sin haber adquirido contexto tecnológico", en referencia a la devaluación de Tecnología. "Responde a una estrategia de abaratamiento, pero por ahí se sesga cultura general fundamental, como el hecho de que los alumnos puedan llegar al campus sin haber tocado nunca un tablet o un ordenador para estudiar". Asimismo, desde el rectorado se censuró el "apoyo descarado hacia lo privado" y la ubicación de la religión como "centro de la enseñanza".