Alcaldes y presidentes comarcales de la Franja se reunirán el día 11 de octubre en Fraga para analizar el impacto causado en Aragón por las restricciones del Gobierno catalán en materia de atención sanitaria, que han tenido un efecto inmediato en los vecinos de pueblos oscenses que acuden a Lérida a recibir asistencia médica. Existe una gran preocupación porque, cada vez con más frecuencia, los servicios sanitarios catalanes remiten a los pacientes aragoneses al hospital de Barbastro, al de Huesca e incluso a Zaragoza.

"Si un habitante de La Litera llega a Urgencias del Arnau de Vilanova, la primera vez lo atienden, pero la segunda lo derivan a Barbastro", manifestó ayer Francisco Mateo, alcalde de Tamarite de Litera.

El problema es que numerosos pacientes son personas mayores que carecen de coche o ya no conducen y que deben tomar autobuses para dirigirse a Barbastro, una ciudad que está mal comunicada con la Franja. En cambio, lo normal es que haya varios servicios diarios de transporte público entre las comarcas orientales y la ciudad catalana.

"Cada vez se dan más casos de usuarios de la sanidad que son enviados a Aragón", señaló Salvador Plana, alcalde de Altorricón. "No pasa en toda la Franja, solo en determinados pueblos, pero estamos preocupados", añadió.

De hecho, se han dado casos de vecinos de municipios aragoneses que se han desempadronado de su lugar de residencia y se han dado de alta en poblaciones de Lérida, según Plana.

La situación ya ha sido abordada en los plenos de los consejos comarcales, en donde se ha hecho hincapié en que los vecinos de numerosas localidades aragonesas lindantes con Cataluña acostumbran a bajar a Lérida para asuntos médicos "por razones prácticas, de cercanía y de cultura", en opinión de un político de la zona.

"Para muchas personas resulta mejor y más cómodo recibir tratamiento médico en Lérida porque allí tienen familiares y es una ciudad a la que acuden por muchos otros motivos", agregó el mismo responsable.