La periodista Maricruz Soriano volvió a optar ayer por la red social Facebook para defender públicamente su inocencia tras publicarse que fue condenada por un delito urbanístico cometido en Tarragona. Afirmó que se defenderá «con todos los instrumentos con que la ley ampara a la gente inocente», tras trascender la condena a un año y medio de prisión (y cerca de 3.000 euros de multa) por delito urbanístico ratificada por la Audiencia Provincial de Tarragona, por la construcción de un chalet -o un «masico de 44 metros cuadrados», según su alegato en la red social- en un paraje protegido.

Soriano fue condenada junto al exalcalde de la localidad donde se ubica la vivienda (El Perelló), Salvador Pallarés, el constructor. En su escrito de ayer, la periodista achacó el «error» que llevó a la condena a este, aunque justificando que derruyó la vivienda antigua para construir otra aledaña, porque la primigenia estaba en ruinas («sin suelo ni cimientos y con las paredes desgajadas») y peligraba la integridad de los obreros al acometer la reforma. Por eso, «asustado», el constructor optó por derribarla y construir otra, explicaba.

La información que anteayer publicó el Diari de Tarragona reflejaba que la vivienda no solo es ilegal sino que es ilegalizable, al estar en un paraje protegido. Pero la periodista aseguró en su escrito que la casa no es ilegal y aclaró que nadie ha pedido su demolición, aparentemente por los comentarios a la noticia en la versión digital de los medios.

Soriano también subrayó que la casa que fue construida «respeta absolutamente los metros de su rehabilitación» y está hecha en piedra (de hecho, con la procedente del derribo de la anterior). La condena ratificada por la Audiencia Provincial de Tarragona exponía que la licencia otorgada era para reformar la casa existente previamente, no para construir otra nueva.

APOYOS / La periodista aprovechaba para agradecer las múltiples muestras de apoyo recibidas y para criticar el tratamiento informativo del asunto, en el que al parecer alguien se refería al chalet como «magnífico» cuando, según lo describe, es «un masico de 44 metros, más porche con sombrajo vegetal, que solo cuenta con agua de aljibe del tejado y placa solar», De ahí que ironizase con que la transformación del carácter de la vivienda sea «propia de Magia Borrás»,

También tiraba de ironía al referirse a ella misma como «persona interpuesta» desde que llegó a Zaragoza.