Un joven zaragozano explicó ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza que cuando fue con una amiga, pareja sexual ocasional, a un aparcamiento situado cerca de la Federación Aragonesa de Fútbol, en mayo del año pasado, no pasó otra cosa que relaciones consentidas. Sí hubo un momento de tensión, explicó, cuando él quiso «terminar» por vía anal, como otras veces, y ella se negó y le dijo «para». Pero tras salir y fumar, ella volvió al coche.

La joven, en cambio, afirmó que aquella vez solo iban a hablar, pero que en un momento dado, él la cogió por la cintura, la tumbó en el coche y la forzó, atándole las manos con una bufanda (detalle que él confirmó, aunque lo achacó a un juego). Luego se quedó en shock, de ahí que le dijera que la llevase a casa, o se iba andando.

Por ello, la víctima pide para él 9 años de cárcel por agresión sexual, que la Fiscalía rebaja a 7.

En la vista de ayer, además, declaró la madre de la víctima, que expuso que desde ese día la veía retraída y con cambios de humor.

Las foreneses explicaron que no era significativo que la joven no tuviese secuelas, porque siguió tratamiento y cada persona es como es. Una de ellas apuntó, eso sí, que no recordaba que la joven le hubiese hablado de la violación vaginal que relató ayer. Por contra, le pareció que ambos describían los mismos hechos, pero él lo percibió como una discusión y ella como un ataque.