Los grados de Óptica y Optometría y de Estudios de Arquitectura han bajado sus notas de corte más de 1,5 puntos, con respecto a julio, tras el cuarto llamamiento que la Universidad de Zaragoza realizó ayer. Así, la titulación de Óptica pedía en julio un 8,4 de nota y ahora ha pasado a un 6,6, lo que supone casi dos puntos (1,8) menos. Por su parte, Estudios en Arquitectura establece ahora un 6,4 para acceder al grado frente al 8,07 que pedía antes del verano. La diferencia, en este caso, es de un 1,6 puntos.

Se trata de las variaciones de nota más significativas del campus, ya que el resto de titulaciones se mantienen prácticamente igual. El doble grado de Física y Matemáticas continúa liderando la lista de carreras más exigentes de la Universidad de Zaragoza, con un 13,2 de nota, apenas dos décimas menos que lo que se pedía en julio (13,5). Precisamente este grado, que se estrena este año, ha desbancado a Medicina como la titulación que, en los últimos años, pedía la nota más alta.

En el caso de Medicina, tanto en el campus de Zaragoza como en el de Huesca se ha reducido dos décimas. El grado de Enfermería también ha bajado su nota de corte en Zaragoza, en Huesca y en Teruel, mientras que Biotecnología, otra de las titulaciones más exigentes, ha pasado de un 12,3 a un 12,1.

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Derecho y Fisioterapia, por otro lado, han caído casi un punto, algo que también se ha dado en Estudios Ingleses o Psicología en Teruel.

Las notas todavía pueden variar, ya que la Universidad de Zaragoza aún tiene pendiente realizar el quinto y último llamamiento mediante el cual algunos estudiantes en lista de espera todavía podrían acceder al campus aragonés. Este inició ayer su curso académico en una jornada «tranquila y sin incidencias», según detallaron fuentes de la institución académica.

Las diferentes facultades y el entorno de los campus se llenaron ayer de nuevos y viejos alumnos que iniciaron otro ejercicio universitario. El comienzo del mismo está marcado por una considerable reducción de tasas en algunos grados y por el anhelado sueño de la reforma de Filosofía y Letras, que debería empezar sus obras en el 2018. De hecho, los estudiantes de esta facultad serán los más afectados por esta rehabilitación, ya que serán reubicados en otros edificios junto a los profesores.