Medio Ambiente

La margen izquierda sostiene la reserva de agua de Aragón cerca de la media de los últimos años

Muchos embalses superan la estadística de las dos últimas décadas, pero el lado derecho sufre un importante descenso

El embalse de Mediano, casi al límite de su capacidad, en una imagen de esta misma semana.

El embalse de Mediano, casi al límite de su capacidad, en una imagen de esta misma semana. / EL PERIÓDICO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Buenas noticias en cuanto al agua en Aragón. Tras dos años marcados por una importante sequía durante todas las estaciones, las reservas de la margen izquierda se sitúan en niveles considerablemente superiores a la media de las dos últimas décadas. La margen derecha, por contra, sufre un elevado descenso que deja la situación hidráulica aragonesa a la altura media de los cinco últimos años, pero sin peligro para la distribución de agua de boca, regantes, industria y turismo.

Los embalses aragoneses tienen hoy 5.721 hectómetros cúbicos (hm3), lo que significa un 73% de su capacidad total. Prácticamente, en la media de los últimos cinco años, donde el calculo deja la cantidad de agua embalsada en la comunidad en 5.799 hm3, un 74% de la capacidad. Una comparativa con el 2023 demuestra lo bien que le ha sentado este lluvioso inicio de año a Aragón: en estas fechas, los pantanos de la comunidad tan solo se llenaban hasta un 54% de su capacidad, en una cifra que se quedaba en los 4.198 hm3.

Pero como no todas las noticias son positivas en su totalidad, el estudio debe comparar las márgenes y ver cómo está la situación en cada cuenca. En la margen derecha, por ejemplo, las comparaciones con el año anterior son prácticamente inversas a los registros de este año. Mientras que en 2023 sus embalses se situaban en el 75%, este año apenas se quedan en el 55%, de ahí las dificultades para el riego y las restricciones que previsiblemente tendrán que asumir en el sector primario.

Así, la margen izquierda se encuentra en una situación «con muy buenas reservas», según aseguran fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que solo ponen un lunar a «la parte más oriental» de esta orilla del Ebro. En la margen derecha, en su parte aragonesa, certifican que el momento «puede seguir empeorando», como ocurre en la zona de Lérida, que ya ha entrado en fase de recuperación. Las diferencias entre ambas márgenes se encuentran en el cielo: frente a la sequía aguda sufrida en el paso año hidrológico, el presente ejercicio ha contado con tres importantes ciclos de precipitaciones que han subido considerablemente los niveles de agua, como fueron las lluvias de noviembre de 2023, las de finales de febrero de este año y las precipitaciones de Semana Santa.

Embalse a embalse, y repasando los últimos 20 años, los registros de finales del mes de abril confirman esa buena salud de la reserva hídrica de la margen izquierda y ese déficit complicado de paliar en el costado derecho.

La margen izquierda, que sostiene las reservas hídricas de Aragón en esa media que por fin se ha alcanzado, tiene en los registros de sus embalses un reflejo de lo que supone un año húmedo. La mayoría de los embalses situados a ese lado del río supera los registros, de por sí ya elevados, que los pantanos han marcado desde comienzos de siglo. Yesa, por ejemplo, está lleno al 91% de su capacidad, mientras que la media desde 2004 se quedaba en el 83%. Pero el récord lo tiene El Grado, que supera el 99% de su capacidad y es el embalse más lleno de Aragón. La media para este pantano, en los últimos 20 años, también era la más alta, con un 92%. Solo Canelles y Lanuza están por debajo de los registros medios.

Mientras, en la margen derecha, todos los embalses se sitúan por debajo de la media de las dos últimas décadas. Las Torcas es el caso más flagrante, a un 25% de su capacidad mientras que registra en los últimos 20 años una media del 75%. Calanda (26%), Moneva (29%) y Caspe (38%) son los otros tres pantanos con un menor porcentaje de llenado en la margen derecha.

Tan solo las unidades territoriales del Huerva y el Guadalope se encuentran en una situación de «emergencia», según las cataloga la CHE. En «alerta por escasez» están el Eje del Ebero y el Segre, ya en la provincia de Lérida.

Las precipitaciones

La precipitación media acumulada de toda la cuenca del Ebro, entre el 1 de octubre de 2023 y el 31 de marzo 2024, ha sido de 341 l/m², frente a los 296 l/m² del promedio de los últimos 20 años durante este semestre. Por esto, el semestre se puede calificar como húmedo. Esos tres grandes episodios de lluvia –noviembre, febrero y Semana Santa– cambiaron los registros de los embalses aragoneses, que este año también han tenido la ayuda de la nieve para alcanzar unos niveles que no se veían desde hacía un par de temporadas. 

Las reservas nivales en Aragón se situaron a finales de abril en los 800 hm3, por encima de la media de los últimos años. Todo ello pese a que al inicio del invierno la falta de precipitaciones en forma de nieve seguía dejando los datos por debajo de la media y calificándose como «muy escasa» por parte de la CHE. Las altas temperaturas hicieron que el deshielo en marzo fuera más acusado de lo habitual, pero el mencionado ciclo de precipitaciones en Semana Santa permitió que la cantidad de nieve volviese a crecer en ese periodo vacacional, hasta los mencionados 800 hm3. Con ello, el deshielo que llegará con el progresivo aumento de temperaturas conforme se acerque el verano seguirá alimentando los ríos y embalses de la comunidad por un tiempo.

Sin restricciones para los regantes en la comunidad

Las buenas noticias sobre el volumen de agua que almacenan los embalses de la comunidad también se distribuyen por los sectores económicos. El principal afectado, la agricultura, podrá por fin comenzar en la mayor parte del territorio la temporada de riego sin restricciones.

Tras varias temporadas de riego marcadas por las restricciones tanto al inicio como con el avance de la campaña, el regadío aragonés está de dulce tras conocer que, en este 2024, no habrá restricciones. Así lo confirma la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en sus primeros preparativos para la temporada de riego en la comunidad.

Riegos del Alto Aragón, con unas 140.000 hectáreas de regadío, y el Canal de Aragón y Cataluña, con casi 100.000 hectáreas, son las dos principales unidades que influyen en la comunidad y no tendrán esos problemas de menor cantidad de agua para impulsar sus cultivos.

La nota negativa en el aspecto agrícola lo pondrán los campos de la margen derecha, que en esta campaña sí se enfrentarán a algunas restricciones. La zona, que se encuentra en sequía desde hace tiempo, tuvo muchos menos problemas en la última campaña, donde se pudieron realizar estas tareas con relativa normalidad. Por ejemplo, los regantes que dependen del Guadalope sí que tienen restricciones para llenar de agua sus campos. Los profesionales han llegado a solicitar que se pueda usar el agua de la presa del Cañón para desarrollar con normalidad su trabajo.

Sin embargo, no todo son buenas noticias para el campo aragonés a un par de meses de que comience la campaña del cereal. Esta misma semana, la organización agraria UAGA denunciaba que el cereal de secano de la zona central y oriental de la comunidad podría perder más del 90% de la cosecha por culpa de la sequía sufrida durante los últimos tiempos. El sindicato agrario señalaba las zonas más comprometidas en la ribera del Huerva, Ribera Baja del Ebro, Campo de Belchite, Caspe, Andorra, Bajo Aragón, Bajo Martín, Cuencas Mineras, Matarraña, Gudar-Javalambre y Maestrazgo donde los daños que ha causado la ausencia de lluvias en las parcelas son del 90%. Una situación complicada para unos agricultores que la pasada campaña tampoco pudo cosechar y ha afrontado este nuevo año con las cuentas en rojo, según UAGA. 

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