La centralización de unidades de salud mental en los barrios se ha vuelto a aplazar, esta vez, 'sine die'. Así lo admitió ayer el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, que, aunque insistió en que la medida continúa en cartera y que acabará llevándose a cabo, reconoció que podría no hacerse antes de la conclusión de la legislatura.

"Me habría gustado ponerla en marcha ya pero aún hay temas a resolver, como las obras que se precisan en San José", indicó el titular del departamento, que reconoció, en este sentido, que "no se puede garantizar que se ejecute antes de las elecciones" y subrayó que "tendrá que esperar un poco porque, aunque la medida es importante, hay otras cuestiones más urgentes".

De momento, el Salud ya ha acometido los trabajos de acondicionamiento necesarios en algunos centros de salud, como en Valdespartera, donde las consultas están listas desde hace tiempo tras haber invertido lo necesario, pero no es así en San José, donde la Administración se ha topado con numerosos problemas para encontrar la ubicación más adecuada.

En cualquier caso, Sanidad insiste en que las seis unidades de la zona II de Zaragoza se reducirán y que los pacientes de Torrero, Las Fuentes, Casco Viejo, Casablanca y San José serán trasladados a Sagasta y Valdespartera, en primera instancia, y posteriormente también a San José, pero no dice cuándo.

Esta centralización, "solicitada por los propios profesionales", según Oliván, ha topado con las críticas de especialistas en salud mental, afectados, familiares y colectivos sociales, que denuncian que la salida de los pacientes de su entorno provocará una pérdida de adherencia al tratamiento, por lo que exigen que la DGA dé marcha atrás y anule la unificación.