El servicio de Urgencias del hospital Miguel Servet de Zaragoza vivió ayer una jornada algo más relajada que la del pasado domingo, cuando, según los propios trabajadores, el cierre de la sala de observación número 3 provocó un colapso que afectó a numerosos pacientes.

La semana comenzó con menos presión asistencial y, aunque la sala sigue clausurada, no hubo tantos pacientes en los pasillos como el domingo, cuando hasta una decena de pacientes de Psiquiatría ocupaban camas de Urgencias. De hecho, según pudo saber este diario, hay enfermos de esta especialidad que acumulan hasta cinco días en ellas.

Además, el personal sanitario lamenta que las Urgencias se llenan de pacientes afectados por otros problemas más banales, como picaduras de insectos, que deberían tratarse en Atención Primaria pero ese servicio está cerrado en verano en algunos centros desde el año pasado.