Un bilbilitano inauguró en Aragón la lista de víctimas de una nueva modalidad de estafa, el timo del asfalto, en el que un grupo de cuatro irlandeses ofrecían asfaltar algún camino o superficie a precios muy baratos. Demasiado para ser ciertos. De hecho, se marchaban con sus herramientas a otra parte antes de realizarlos, como le pasó al vecino de Calatayud.

Los irlandeses contactaron con él y le explicaron que acababan de terminar unas obras de asfaltado en la A-2, por encargo del Ministerio de Fomento. Tras enseñarle las herramientas, se ofrecieron a arreglarle un camino por 3.300 euros, según informó la Policía Nacional, pero tras pagar ya no volvió a saber de ellos.

La Policía paró a los presuntos delincuentes en un control aleatorio, al parecer antes de contar con la denuncia del vecino. Comprobaron que a uno de ellos le constaba una reclamación de un juzgado de Valdepeñas, en Ciudad Real, por haberse marchado de un hotel sin pagar. Pero era todo lo que constaba en el archivo, por lo que les dejaron seguir su camino hacia Madrid y Peñíscola, donde al parecer residían.

Una vez recibida la reclamación del bilbilitano e investigada, identificaron y detuvieron a los cuatro, tras comprobar que les constaban denuncias por hechos similares en varias provincias españolas.

De hecho, según explicaron fuentes policiales, los irlandeses llevaban tiempo trabajando en España, aunque no siempre en el ramo de la estafa. La excusa que daban para pedir dinero por adelantado era que, al no ser de la zona, los proveedores de material no les fiaban. Era una verdad a medias.

Lo cierto es que los proveedores no les fiaban, en muchas ocasiones, porque ya habían oido hablar de ellos. Cuando trabajaban más o menos legalmente, lo hacían a precios baratísimos pero a costa de la calidad, lo cual les dio una pésima fama en el sector por competencia desleal con otras empresas.

Cuando esta fama les llevó, efectivamente, a no poder trabajar con proveedores, decidieron al parecer aprovechar sus herramientas de trabajo de esta otra manera que, de momento, les ha conducido al calabozo.