Los habitantes de la pequeña localidad de Postero, al noreste del territorio en disputa de Eiba, pudieron ayer votar en paz en el referendo que decidirá si siguen perteneciendo a Recuria, la potencia ocupante del norte, o a Nusia, su país históricamente. La intervención de la Fuerza de Acción Rápida de la Unión Europea garantizó el voto libre, sofocó un conato de insurgencia e incluso extrajo a algunos observadores y líderes locales del lugar ante los disturbios.

Si no les suena este conflicto internacional, no se apuren. Es falso. Se trata de una simulación con la que el Battle Group Package de la UE -nombre oficial de la citada Fuerza de Acción Rápida- está poniendo a prueba sus capacidades para asumir su tarea en el segundo semestre de este año. Pueden ser enviados a cualquier escenario de conflicto, y este imaginario les permite afinar casi todas sus capacidades. En concreto, estos días en el campo zaragozano de San Gregorio se están poniendo a prueba las capacidades del Cuartel General Conjunto-Combinado, una vez certificadas las diversas unidades a las que manda, desde comienzos de año.

Ayer, en un ejercicio de apenas media hora, las variadas unidades que integran el Battle Group Package condensaron casi todas las capacidades operativas que han estado entrenando, ante la atenta mirada del general que lo comanda, Manuel Romero Carril, y el teniente general de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, Fernando José López del Pozo.

Romero estaba como en casa, no en vano fue también general jefe de la ya extinta Brigada Castillejos II. Y su heredera, la Brigada Aragón I, forma la agrupación táctica de esta Fuerza de Acción Rápida, algo así como la punta de lanza del grupo de la UE. Esta unidad la integran 1.200 hombres, la mayoría de la Aragón, de los 3.000 que componen el contingente total.

En este intervienen los tres ejércitos, con combinaciones de un buque, un avión de carga y los diversos helicópteros de ataque y transporte del Ejército de Tierra, amén de los soldados, claro. La fuerza cuenta asimismo con artillería e inteligencia portuguesa y drones italianos, además de otras estructuras españolas como la Unidad Militar de Emergencias o la Guardia Civil.

Salvo el buque anfibio Juan Carlos I, que el Ebro no da para tanto, y el avión de transporte Urtanio, prácticamente todos los colectivos participaron en el simulacro de ayer. Un «escenario exigente», como explicaba el general Romero, para exhibir y afrontar todos los problemas que podrían afrontar ante un hipotético despliegue ordenado por la UE.

Así, ante el revuelto pueblo de Postero, por el inminente referendo que los de Recusia intentan boicotear, los helicópteros Chinook arrojaron panfletos para animar a la población a votar libremente, como parte de la tarea de la unidad Cimic (cívico-militar, vital en estas misiones). Unos panfletos biodegradables, por si hay algún suspicaz respecto al ecosistema de San Gregorio.

Después, ante la revuelta, los helicópteros de ataque Tigre hicieron varias pasadas como exhibición de fuerza, al tiempo que los Chinook trasladaban al grupo de Operaciones Especiales a la embajada de la UE, a rescatar a unos cuantos líderes locales sitiados por la multitud. El despliegue continuó con la infantería, que además sufrió un ataque con IED (artefacto explosivo improvisado, por sus siglas en inglés), y necesitó evacuación médica con un helicópero Cougar.

Finalmente, los posterienses pudieron votar en paz, y los intervinientes pudieron mostrar el fruto de meses de trabajo, para hacer honor a los «compromisos internacionales» de España con la Defensa de la UE.