Amigos de Bolea y del Instituto Pirámide de Huesca, donde Diego Page iba a empezar primero de Bachillerato en septiembre, quisieron rendirle ayer un improvisado tributo en la ofrenda a San Lorenzo, el único acto que sobrevivió a la cancelación de festejos. Lo hizo, eso sí, convertida en un constante recuerdo al joven, sin campanas ni himnos que deslucieran el ambiente fúnebre que, a juzgar por las caras de los vecinos, requería la ocasión. Sus amigos improvisaron en pocas horas este homenaje, su forma de hacer partícipe a la ciudad y a la familia de su dolor por la súbita desaparición de Diego.

Tras la primera ofrenda al patrón, a cargo de dos concejales del consistorio oscense, se acercó a ofrecer flores al santo una delegación del consistorio de Bolea, encabezada por la alcaldesa, Carmen Gutiérrez, y un puñado de amigos del fallecido. El resto del acto se desarrolló casi en completo silencio, exceptuando el baile de los Danzantes como epílogo.

Al lugar acudieron compañeros de instituto y amigos de la localidad de Bolea, donde residía la familia desde hace siete años. Tanto en esta como en Huesca, el fallecimiento salía casi en cada conversación de los vecinos, particularmente en el barrio de Tolato, donde compraron la casa familiar.

Los Page llegaron a Bolea desde Irlanda, donde Diego, sus padres y sus dos hermanos mayores, uno de 18 y otro de 20 años en la actualidad, residían hasta hace siete años. El padre de Diego es originario de aquel país, y la madre es bilbaína.

Según explicó una amiga de la familia, que actuó como portavoz, el súbito fallecimiento del pequeño ha supuesto un mazazo casi imposible de superar para los padres y los hermanos, y un tremendo shock para toda la familia. La madre había adquirido no hace mucho tiempo un conocido restaurante de El Tubo de la capital oscense, rebautizado como El Merlot, que gestiona junto a su hermano. Ayer, un cartel explicaba escuetamente el motivo de su cierre, y los comerciantes próximos mostraban su consternación por el trágico suceso.

Mientras, los familiares del joven comenzaban a movilizarse para poder asistir a los actos fúnebres. Están repartidos por el País Vasco, Irlanda e incluso los Estados Unidos.

La mayoría de los amigos y familiares de Diego apenas podían hablar ayer, conmocionados como estaban por lo inesperado de la tragedia, ocurrida pocos días después de que el joven alcanzase los 16 años. Las pocas palabras del nutrido grupo de amigos que acudió a la ofrenda sí dejaban entrever que el joven se había ganado el cariño de todos.

En todos lados

Dos de sus maestras en el IES Pirámide de Huesca lo describían como un joven "lleno de vitalidad", muy querido tanto por sus compañeros --lo cual corroboraba el ánimo de todos-- como por el profesorado. "Era muy movido, estaba en todos lados", explicaban.

Sus energías no se dirigían al parecer al deporte, al menos no al fútbol, pero sí a las artes escénicas, su gran pasión. Según contaban sus conocidos, pertenecía a un grupo de teatro en el instituto y tenía la firme vocación de dedicarse profesionalmente a ello, "siempre decía que quería ser actor", recordaba una de sus profesoras.