Al urogallo no le gusta la compañía de los turistas, especialmente cuando se producen situaciones de acoso. El pasado mes de mayo, en un episodio vergonzoso, uno de los ejemplares de este ave protegida murió en Benasque tras recibir un golpe tras la insistencia de un grupo de montañeros en hacerle fotos. A pesar de su carácter reservado, en época de celo los machos pueden dejarse ver en zonas concurridas.

El Gobierno de Aragón publicó ayer una orden para modificar el régimen de protección del urogallo, regulado desde el 2015. Los cambios permitirán restringir el acceso a las zonas en las que estos animales suelen establecer sus nidos y áreas de cría. El jefe de servicio del área de Biodiversidad, Manuel Alcántara, reconoció que aunque solo en ocasiones «puntuales» se han producido problemas, el objetivo de la medida es proteger a los pollos lo máximo posible.

Gracias a estos cambios, la DGA se reserva la potestad de limitar el acceso a las zonas en las que se pueden avistar machos y señalizar y acotar con advertencias pistas y senderos.

La modificación de la norma, que estará dos meses en exposición pública, se ha beneficiado de las aportaciones de los colectivos sociales de la zona. Una de las más relevantes ha sido la de las asociaciones de cazadores, pues durante los meses de invierno y primavera se modifica la limitación cinegética hasta los 1.800 metros en la zona central de la cordillera. También hay cambios para facilitar las labores de explotación forestal.

Los urogallos son una especie de gallina salvaje que tuvo un gran arraigo en el Pirineo. Su población se reduce a unos 100-160 ejemplares, según los últimos cálculos.