Los fuertes vientos que azotaron ayer Zaragoza, con rachas que llegaron a alcanzar los 97 kilómetros por hora en Valdespartera, obligaron al cuerpo de Bomberos y a Protección Civil a realizar más de ochenta salidas en la ciudad. Al cierre de esta edición se contabilizaban un total de 85 servicios, 54 abiertos y 31 todavía pendientes, la gran mayoría relacionados con este fenómeno meteorológico, a los que se deben sumar unos 200 avisos atendidos por la Policía Local, lo que eleva a casi 300 las incidencias de la jornada.

Ramas y árboles caídos, el saneado de construcciones y afecciones en diversos elementos, como toldos, contenedores o cristales, fueron algunos de los incidentes. En las grandes avenidas, se pudo producir algún altercado por elementos que el viento desplazó en estos espacios amplios. Aunque se vieron afectados vehículos, no sufrió daños ninguna persona.

La caída de árboles fue una de las consecuencias más recurrentes, como la de un ejemplar de grandes dimensiones que cayó en el barrio de Torrero. Otro lo hizo en la carretera del aeropuerto, lo que obligó a cortar un carril de la vía. También se cortó el camino Borgas, en Miralbueno, ante la posible caída de un árbol.

La Policía Local atendió unas 200 incidencias, la mayoría menores, como contenedores voladores en Arcosur, Valdespartera y otros barrios. También resultó dañada una marquesina del tranvía. Mientras tanto, en el cuartel de la Policía en General Mayandía cayeron cristales a la calle.

Se mantiene el nivel de alerta naranja por viento y el consistorio tiene activado desde el lunes el plan municipal de Protección Civil. Dentro de este protocolo, se cerraron ayer ocho parques -Macanaz, Grande José Antonio Labordeta, el de la plaza de Los Sitios, Pignatelli, Bruil, Castillo Palomar, Delicias y Tío Jorge-.