El Ayuntamiento de Zaragoza tiene previsto que los próximos diez autobuses de más de catorce años que se van a retirar de la circulación por otros diez nuevos sean los últimos que se reemplacen. Aunque se incumpliera la norma no escrita a la que se comprometió el ayuntamiento. Y es que entienden que en tiempos de crisis y con una reestructuración de la red pendiente que prevé sacar de las calles numerosos vehículos con la puesta en marcha de toda la línea del tranvía es innecesario asumir más gasto siempre que la seguridad no esté comprometida y superen la Inspección Técnica (ITV).