El fútbol formativo del Barça, y el de los grandes del continente, mira hacia Brasil. Poco importa que, este año, la seleçao sub-20 pinchase en el Sudamericano y se quedase fuera del Mundial de Corea, que venció Inglaterra. Como si fuera la conquista de El Dorado, el mito de la ciudad perdida hecha de oro que buscaron infructíferamente los conquistadores castellanos, los scoutings europeos escuadriñan en la búsqueda de potenciales Balones de Oro.

Una nueva lógica impera. Se fichan cracks en potencia, de hasta 20 años. Se reduce la inversión, pero se aumenta el riesgo, ya que nadie, a ciencia cierta, puede asegurar que no se estrellen al realizar la fase final de su formación lejos de su país. Neymar Jr. aguantó cuatro años en el primer equipo del Santos (de marzo de 2009 a mayo de 2013). Este escenario es, actualmente, inviable. En mayo, Florentino Pérez arrebató al Barça el teórico heredero de Ney, Vinicius Jr. del Flamengo. Pagó 61 millones de euros. El chico, que entonces tenía 16 años, ni tan siquiera había debutado como profesional.

Las escaramuzas por la estrella del Sudamericano sub-17 escenifican el nuevo orden imperante. Con Neymar, el Barça creyó que mandaba en Brasil. La secretaría técnica se reforzó con el fichaje de André Cury, clave en la llegada de la estrella del Santos. Siempre a través de opciones preferenciales de compra, en 2015, el Barça se fijó en los internacionales sub-20 Gerson, Marlon, que ya debutó la pasada temporada con Luis Enrique, y Kenedy (Fluminense); en 2016 en Gabriel Jesus (Palmeiras) y, ahora, en Vitinho (Palmeiras). Los resultados han sido dispares.

El ‘caso Gabriel Jesus’

Con buen criterio dejó escapar a Gerson, un volante displicente con una zurda espectacular, por quien la Roma pagó 18 millones de euros, y donde ha fracasado. Lo de Gabriel Jesus sí que fue doloroso. En 2015, pudo ir al Barça B por 3 millones de euros. Un año después, siendo el artillero del Brasileirao, Robert Fernández lo tenía por 25. Dudó. Y apareció el City, uno de los clubs más activos en Sudamérica, y se lo llevó por 32 millones de euros.

Una «historia de éxito», como aseguran en la Ciutat Esportiva del Barça, es la de Marlon. Un año atrás, el central llegó cedido a coste cero. Pagó la penitencia de la Segunda B, y solo jugó en el primer equipo unos minutos en Glasgow en la Champions, y los dos últimos partidos de Liga, en Las Palmas y ante el Eibar. En diciembre, el Barça comunicó al Flu que pagaría los 6 millones de la opción de compra. Ahora entrena bajo las órdenes de Valverde, con opciones reales de quedarse definitivamente en el Camp Nou.

«Fíjate en Marlon, es el ejemplo a seguir», le dijeron a Vitinho, un centrocampista de 19 años que llega del Palmeiras cedido gratuitamente para el Barça B. Vivía en el ostracismo en el campeón brasileño, donde solo disputó ocho partidos en dos años, pero tendrá el premio de hacer parte de la pretemporada con el primer equipo. Si Vitinho gusta, en un año, el Barça desembolsará 14 millones. «Tiene un talento único, cuando explote tendrá nivel de selección brasileña», augura Joao Paulo Sampaio, coordinador de las categorías de base del Verdao. El City de Guardiola acaba de comprar del Vasco da Gama el centrocampista Douglas Luiz, de 19 años. Ha pagado 13 millones y lo cederá al Girona.