El terremoto que ocasionó el fichaje de Roberto se multiplicó ayer. Si el martes fueron los clubs, que anunciaron que la Liga no iba a adherirse al convenio, la AFE y la propia plantilla, que pidió explicaciones, que recibió ayer por parte de Agapito --otra cosa es que convencieran--, la repercusión se elevó ayer muchas instancias más. La Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios de Portugal decidió suspender durante unas horas las acciones del Benfica hasta que el conjunto luso aclaró los pormenores de la operación de la venta del meta al Zaragoza, algo que hizo para anunciar que el club aragonés había pagado 86.000 euros de los 8,6 millones y que el resto (8,51 millones), según reza el comunicado, lo desembolsó una "sociedad de derecho español situada por encima del Zaragoza".

El caso es que confirmó que Roberto --como antes Juan Carlos-- fue adquirido por ese fondo inversor en el que están Agapito Iglesias y, entre otros, también Jorge Mendes. La polémica, en todo caso, no deja al Zaragoza en buen lugar a ojos de casi todos los clubs de la Liga y de muchos jugadores. No hay que olvidar que está en el mayor concurso de acreedores de la historia del fútbol español, con un pasivo de 130 millones. También ha generado revuelo en la propia plantilla, donde hay muchos jugadores con cobros pendientes, aunque es cierto que el club aragonés no ha cometido ninguna irregularidad. Ha utilizado un mecanismo como los fondos de inversión para reforzar el equipo, "sin comprometer el saneamiento de las cuentas del club", según anunció ayer en el segundo comunicado en dos días que hace la entidad, lo que da idea de la polémica.

Que El País dedicara un amplio reportaje en el que se detallaban todos los datos del fichaje da otra idea de la tormenta. El Zaragoza, como después confirmó el Benfica, paga 86.000 euros por los derechos federativos al club luso, 300.000 euros cada año al fondo por la cesión de Roberto y se hace cargo de 840.000 euros del salario del portero. Fuentes del Zaragoza aseguraron a este diario que la ficha del jugador es mayor --en torno a 1,2 millones-- y que de lo que resta se haría cargo el fondo.

Esta fórmula de adquirir los derechos económicos de un jugador por parte de un fondo para cederlo a un club está prohibida en la Premier, pero es legal en España, al igual que en Portugal o en Turquía, y no es el Zaragoza el primer club de la Liga que la ha llevado a cabo --Espanyol o Betis lo hicieron--, si acaso el primero que lo ha hecho en Ley Concursal. El problema es que un equipo sustentado en varios jugadores que llegan por fondos de inversión es, de por sí, provisional, porque el proyecto del club está por detrás de la rentabilidad que esos jugadores tengan para el fondo.

SACUDIDA EN PORTUGAL En Portugal la sacudida de la venta de Roberto fue mayor que cuando el meta, también de la mano de Mendes, llegó al Benfica. La Comisión de Valores --el Benfica está en Bolsa-- suspendió la cotización del club y le pidió información por dos veces. La primera fue insuficiente y la segunda supuso que se levantara la suspensión.

En esa "sociedad de derecho español" está Agapito y está Jorge Mendes, que ya tiene un fondo inversor --Quality Sports Investiment-- en el que participa también Peter Kenyon. Ambos forman parte de Gestifute y CAA Sports, empresas de representación que llevan a Hugo Almeida, a Jonathan y Gio dos Santos, además de a Ronaldo o a Mourinho, entre otros. La colaboración entre Agapito y CAA Sports es notoria en los últimos tiempos. Esa relación con Mendes es negada por el Zaragoza y por Agapito de forma oficial, pero existe. Por cierto, Mendes también negó ayer tener participación en el fichaje de Roberto.

Su abogado, Carlos Osório de Castro, tachó de "completamente falsa" la noticia. "Ni el fondo Quality Sports Investments ni ningún otro al que Jorge Mendes esté ligado con cualquier título, adquirió parte alguna de los derechos económicos relativos a Roberto o intervino en la operación", declaró en un comunicado.