Herrera ya ni quiere hablar de ello. Sabe que al equipo le faltan tres jugadores: un punta, un central y un creador en la medular. Y sabe, también, que el margen económico para lograrlo antes del 31 de agosto es estrechísimo, gracias a los dispendios con Agapito y a la severidad actual de la Liga. Por eso el técnico se centra en el defensa, su anhelo más público, aunque vistos los argumentos en los dos primeros partidos se diría que es más obligado que llegue un ariete, un nueve para el que el club ha soñado con Henríquez (United), muy caro, y ha tenido en la recámara alternativas como Toché (Panathinaikos) o Alcácer (Valencia).

Parece demasiado corto pensar en un ascenso con Roger y Ortí como referencias. Necesitan ayuda. Ewerthon firmó 28 dianas en el anterior ascenso. En el caminar por Segunda es necesario ese delantero que enchufe la que tenga para cerrar partidos tan feos como el de ayer. Y el Zaragoza no tiene ese killer. Roger apunta cosas, pero es joven y debutante. Y aún más verde anda Ortí. El problema es que el gol vale caro y el Zaragoza anda más justo que nunca.

No es optimista el club con lograr traer un ariete antes del 31 y sí que es algo más con la llegada de un central, que sería de bajo coste, de muy bajo coste. El panorama cambiaría si se va Álvaro porque eso agrandaría el agujero atrás, pero también daría más margen para traer a dos zagueros.