Una juez de Barcelona ha condenado a Gerard Piqué a una multa de 10.500 euros por increpar de forma airada, despectiva y agresiva a dos agentes de la Guardia Urbana que habían multado a su hermano por dejar su coche mal estacionado en octubre del 2014. La jueza ha determinado que había una falta contra el orden público y ha optado por la cifra propuesta por la acusación particular.