El sector del carbón en Aragón no confía en el borrador de real decreto del Gobierno que endurece las condiciones para el cierre de centrales eléctricas como la de Andorra. Sindicatos, empresas y alcaldes de municipios mineros coincidieron ayer en expresar sus dudas y escepticismo ante una medida -impulsada por el ministro de Energía, Álvaro Nadal- que todavía ven en indefinida. No creen que vaya a servir para garantizar el futuro de la central turolense mientras no se garantice de alguna manera la viabilidad económica de este tipo de instalaciones, que producen electricidad con este mineral autóctono. El Ejecutivo autonómico se sumó también a esta corriente de desconfianza y expresó su recelo a que este sea el mejor camino para salvar a la térmica andorrana de la quema en el año 2020.

El propio presidente de Aragón, Javier Lambán, puso voz a ese descontento y tachó de «endeble» el borrador del decreto ministerial al no garantizar la viabilidad de dicha instalación energética, piedra angular de un sector minero-eléctrico del que dependen en Teruel unos 600 empleos directos y varios miles más de forma indirecta. El mandatario socialista señaló que la medida propuesta por Madrid está más dirigida a «salvaguardar» las centrales nucleares que las de carbón, algo que consideró «preocupante» para los intereses de Aragón. Por todo ello, expresó su intención de hablar con el ministro Nadal para aclarar «los términos del decreto y para ver las posibilidades que hay de perfeccionarlo y de enmendarlo».

En la misma línea se manifestó el consejero de Presidencia, Vicente Guillén, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. En su opinión, el borrador «se aleja» del concepto de reserva estratégica y obvia las excepciones que el Ejecutivo central puede hacer para evitar el cierre, en virtud de la ley del sector eléctrico. Lo calificó igualmente de «insuficiente» y «endeble» desde el punto de vista jurídico. «No soluciona para nada el problema de la central térmica de Andorra», concluyó. Por si fuera poco, Guillén hizo hincapié en el riesgo de que el proyecto normativo no llegue a ver la luz tal y como se ha planteado, ya que requiere todavía la evaluación de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMV) y, además, podría ser recurrido por las empresas eléctricas, «como ya nos ha ocurrido en otras ocasiones con decretos de similares características».

LA INQUIETUD CONTINÚA

Tampoco en los trabajadores de la térmica de Andorra genera entusiasmo la medida pensada por el Gobierno para dificultar el cierre de esta instalación. «Nos va a tocar volver a movilizarnos porque se nos está acabando el tiempo», apuntó Hilario Mombiela, presidente del comité de la planta, para quien el borrador del decreto es «insuficiente» y «no despeja para nada la incertidumbre» sobre la amenaza de cierre en el 2020. «Se pretenden poner piedras en el camino a Endesa y otras compañías, pero sin ofrecer garantías para el funcionamiento de las centrales de carbón», lamentó.

En términos parecidos se expresó Joaquín Noé, alcalde del municipio minero de Ariño. «El borrador del decreto es muy generalista y mete a todas las centrales en el mismo saco. Echamos en falta algún apartado específico sobre el carbón», indicó, al tiempo que puso en duda la efectividad de una posible subasta de la térmica: «Si Endesa no ve negocio, difícil que lo veo otra empresa». En este sentido, reclamó que la mejor manera de asegurar la continuidad del sector es que se cumpla el Plan de Carbón, que reservaba a este mineral el 7,5% de la generación eléctrica nacional.

También en Samca, que explota dos de las tres minas de carbón que quedan en Teruel, se observa la medida con pesimismo. «Se supone que hace más difícil el cierre de la térmica, pero no se concreta cómo. Habrá que esperar», señalaron fuentes de la empresa minera.