El resurgir de la fábrica de Utebo

El nuevo dueño de Leciñena promete inversiones a una plantilla "ilusionada"

Francisco Vera, que lidera el grupo Albidania, pide "confianza" a los trabajadores, proveedores y clientes y aspira a volver a hacer de la empresa un referente de la industria del remolque y el semiremolques

«Se abre una etapa de ilusión». Así resumía este lunes David Capitán, presidente del comité de Leciñena, lo que sienten los trabajadores de esta longeva industria de Utebo tras cerrarse su venta al grupo Albidania. Gracias a ello, la fábrica de remolques y semiremolques se ha salvado de la quema a la que estaba abocada como consecuencia del concurso de acreedores en el que cayó a finales de 2023, por segunda vez en los últimos diez años. La nueva propiedad promete estar a la altura de las circunstancias y pide «confianza» a empleados, proveedores y clientes para volver a convertir a esta compañía en un referente del mercado español. 

«Leciñena es una gran marca, reconocida durante casi 60 años. Siento una grandísima responsabilidad», reconoció este lunes el empresario Francisco Vera, nuevo dueño de la compañía, durante su primera visita a las instalaciones, donde mantuvo un encuentro con la plantilla. «Tenemos capacidad de poder colocar recursos en la compañía y reactivar toda la operativa», avanzó en declaraciones a los medios de comunicación. «Hay que ver primero en qué situación estamos y, a partir de ahí, cuanto antes empezar a fabricar», agregó. 

Continuarán en sus puestos 45 de los 60 trabajadores que tiene Leciñena, como avanzó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. Este es el compromiso laboral que recoge la oferta de adquisición aprobada por el juzgado de Madrid que ha tramitado el concurso. El grupo inversor pagará 3,1 millones de euros por la unidad productiva, una cuantía en la que se incluye una parte de pasivo relativa a los salarios que se deben a los trabajadores que serán subrogados y deudas pendientes con la Seguridad Social. La transacción está pendiente de un último paso, la firma del contrato de adquisición, que se prevé resolver en los próximos días. 

El Departamento de Ecónoma del Gobierno de Aragón se ha puesto en contacto con la nueva propiedad, con la que tiene previsto mantener una reunión en las próximas fechas para conocer su proyecto y estudiar posibles líneas de apoyo y colaboración.

Lo primero, "mantener lo que tenemos"

«Venimos con mucho ánimo y el equipo directivo y mandos intermedios están también ilusionados», apuntó, al tiempo que destacó la profesionalidad y amplía experiencia de los trabajadores. También subrayó la «ventaja competitiva» que atesora la empresa en parte de los componentes que produce, como popular eje Leciñena, con un soporte de freno de tambor de 22,5 pulgadas.

«Queremos volver a ver mucho el nombre da Leciñena por nuestras carreteras», afirmó el empresario, al tiempo que avanzó su apuesta por dar «una proyección internacional» a Leciñena a través de «la base y los mimbres que ahora tiene». Apostó asimismo por hacer que sea una empresa más digital, tecnológica y sostenible, así por lograr atraer a mujer y jóvenes al sector industrial.

No obstante, precisó que el primer objetivo es "mantener lo que tenemos" y a partir de ahí "empezar a construir entre todos" para conseguir que Leciñena vuelva a ser "una gran compañía".

Por último, Vera lanzó un mensaje de «tranquilidad» y «confianza» a los trabajadores, clientes y proveedores en esta nueva etapa. «Vamos a estar ahí y hablaremos con todos ellos cuanto antes para garantizar esa solvencia que tuvo Leciñena", señaló. En este sentido, prometió que la empresa volverá a fabricar productos de gran calidad y a mejorarlos en el futuro.

"Sin inversiones no hay futuro"

Entre los trabajadores la palabra más repetida es también "ilusión". Tras una larga temporada de incertidumbre y varios meses sin cobrar el salario, la plantilla empieza a ver la luz en un proceso concursal que se ha alargado más de lo previsto por problemas burocráticos.

«Al final son nuestros trabajos y nuestras familias lo que están en juego. Pondremos todo de nuestra parte para que Leciñena funcione», aseguró el presidente del comité de empresa, que lleva 28 años en una fábrica en la que también trabajó su padre. «Es mi casa y lo que quiero es que esto vaya para arriba, retomar las alas y vivir, por lo menos, tranquilos y con trabajo», apuntó.

La producción ha estado bajo mínimos en los últimos meses debido a la difícil situación financiera que arrastraba la compañía, a la que los proveedores dejaron de servir material por las deudas, uno de los primeros problemas que tratará de resolver la nueva propiedad.

A pesar de ello, el personal tanto de fabricación como de oficinas ha tratado de mantener los «rescoldos» de la actividad para no dejar morir el proyecto en el largo periodo de pausa que ha supesto el proceso concursal iniciado a finales de 2023. «Con el esfuerzo de todos se ha intentado mantener la empresa viva hasta este momento», comentó Capitán.

Desde el comité solo esperan ahora que Francisco Vera cumpla su palabra y haga inversiones, ya que sin ellas «no tenemos futuro». «Lo que no ha llevado a esta situación es la mala gestión y la falta de inversiones», recuerda el representante de la plantilla. "Parecemos el ave fénix, de nuevo resurgimos de las cenizas. Esperamos que esta vez de forma definitiva", concluye