La Universidad de Zaragoza guarda un gran e importante patrimonio bibliográfico, que poco a poco va divulgando mediante exposiciones temáticas. Ahora, coincidiendo con el X congreso internacional de Historia de la Lengua Española, que se celebra hasta el viernes, ayer se inauguró una exposición --podrá visitarse hasta el 31 de enero-- en el que se muestran los Tesoros de la lengua castellana que pertenecen a la universidad. Se trata de alrededor de 200 obras, entre primeras ediciones, piezas relacionadas con el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote o el quinto del nacimiento de Santa Teresa.

Estas joyas están divididas en dos escenarios, en el Paraninfo, las relacionadas con el fondo patrimonial e histórico; y como "somos una universidad viva", en la Biblioteca María Moliner, todo lo relacionado con el estudio e investigación de la lengua española. El vicerrector de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, Luis Miguel García Vinuesa; el director de la Biblioteca de la Universidad, Ramón Abad; la directora de la Biblioteca General, Paz Miranda; y la de la Biblioteca María Moliner, Matilde Cantín, dieron ayer a conocer los criterios de selección, así como el top ten de las piezas expuestas.

ESPLENDOR DE LA LENGUA

Los criterios para seleccionar estos tesoros, ha sido el de "destacar obras de contenido lingüístico que a lo largo de la historia han contribuido a dar gloria y esplendor a la lengua castellana".

En el Paraninfo se congregan las obras con "valor patrimonial", explicó Paz Miranda, las que se refieren a las de de los siglos XV a XVIII. En concreto, se trata de 42 piezas, entre las que hay un incunable, dos manuscritos y, el resto, impresos de los siglos XVI a XVIII.

Miranda destacó tres piezas, un manuscrito que contiene una recopilación de los Fueros de Aragón (hasta 1265), así como otros textos jurídicos, que supone "una de las primeras manifestaciones en lengua aragonesa que se conoce"; la edición de las obras completas de Santa Teresa, realizada a mediados del siglo XVIII por José de Orga, con grabados de Palomino; y, "la obra cumbre", el Quijote de la Real Academia de la Lengua, impreso por Joaquín Ibarra en 1780.

Además, se puede disfrutar de historias de la lengua, como la de Bernardo de Aldrete, una selección de gramáticas, ortografías, lexicos... "que son los pilares que fundamentan una lengua y le dan rigor". También hay vitrinas dedicadas a las relaciones del latín y el castellano --destaca una primera edición del incunable del vocabulario eclesiástico de Rodrigo Fernández de Santaella-- , al español de América y al aragonés (destaca un manuscrito aljamiado escrito en aragonés con caracteres árabes, que llegó a la UZ de forma fortuita ya que lo encontraron al hacer obras en el tejado de una casa en Sabiñán)

En la Biblioteca María Moliner se exponen casi 300 obras. Hay secciones dedicadas al aragonés, con obras del siglo XIX, de Manuel Peralta o Jerónimo Borao y, especialmente, unas fichas lexicográficas que recogen las voces que García Arista fue creando para publicar un diccionario del aragonés y que todavía está inédito. Otro apartado tiene como protagonistas a las publicaciones periódicas, como las dedicadas a la filología española publicadas por el CSIC, o en Bogotá, Chile o Nueva York; publicaciones editadas en Aragón: Alazet (Instituto de Estudios Altoaragoneses) y Archivo de Filología Aragonesa, de la Institución Fernando el Católico. También destacan ediciones facsímiles con la primera edición del Diccionario de Autoridades de la RAE; la última edición de Rico; así como un apartado al María Moliner.