Carmen Barrantes descolgó el teléfono y llamó a Alberto Castrillo-Ferrer: «Me dijo que Jorge (Usón) y ella querían hacer algo juntos pero no sabían el qué. Y se me ocurrió que en el ordenador tenía una cosa sobre Boris Vian que podía estar bien porque sus canciones son muy teatrales». Diez años después, con un Max bajo el brazo, Barrantes volvió a descolgar el télefono para llamar a Víctor López, gerente del Patronato de las Artes Escénicas de Zaragoza porque querían celebrar el aniversario del día del estreno de una manera especial. Dicho y hecho, Cabaré de caricia y puntapié se pondrá mañana en escena en el Teatro Principal de Zaragoza en una única función que ha levantado mucha expectación y para la que están casi agotadas las entradas. Barrantes, Usón y Castrillo-Ferrer, acompañados de López, presentaron ayer este «celebración».

ALGUNA SORPRESA

«Va a ser una gran celebración, emocionante y divertida de un espectáculo fresco e imaginativo hecho desde la sinceridad, la personalidad y con el corazón en el escenario, y así se llegan a cosas como estas», aseguró Castrillo-Ferrer que, aunque explicó que «habrá alguna sorpresa», el espectáculo «es de sobra conocido por casi todo el mundo». En ese sentido, Usón, que confesó que «el espectáculo nos encontró a nosotros y eso fue un punto de inflexión que nos marcó a los tres para dedicarnos a esto», dio las pinceladas de lo que se ve en escena, «hay cha cha cha, bolero, jazz, se canta, se baila, hay humor... Boris Vian es caldo inspirador para 12 o 13 cabarés más».

«Nos puso en el mapa y ahora es evidente que lo afrontamos con otra madurez como actores y quién sabe si esto es el comienzo de una nueva vida para este cabaré», indicó Carmen Barrantes, que explicó que no les ha costado ningún esfuerzo recuperarlo después de cuatro años sin representarlo: «Está metido debajo de nuestra dermis, los textos y los personajes salen solos, es una maravilla. Muchas veces pasa que cuando haces la última función de una obra de teatro es cuando, de repente, dices, ahora he entendido a mi personaje... así que volver a esta obra tantos años es un lujo, dominar y transitar estos personajes ahora es una gozada». Y eso que Jorge Usón no dudó en calificar su trabajo «como muy complejo. Hay que controlar el movimiento, el canto, el humor y, además, como toda buena comedia, hay un drama debajo». «Es el mejor espectáculo de mi vida», confesó Castrillo-Ferrer, aunque reconocieron que no estaban tan seguros de él: «Es que había chistes que nos hacían gracia a nosotros pero yo pensaba que igual no se reía nadie», reconoció Usón.

La única representación de Cabaré de caricia y puntapié será mañana a las 20.30 horas y las entradas, quedan ya pocas, se pueden comprar en las taquillas en horario de tarde y en Ibercaja a un precio de 15 euros.