El Mitch pasó por América Central del 22 de octubre al 5 de noviembre de 1998 dejando a su paso un paisaje devastador.

Se formó en el oeste del Mar Caribe el 22 de octubre, y después de pasar por condiciones extremadamente favorables, alcanzó rápidamente la categoría 5, el nivel más alto posible en la escala de huracanes de Saffir-Simpson.

Las zonas afectadas fueron América Central, especialmente Honduras y Nicaragua, la Península de Yucatán y el sur de Florida.

Las muertes ocasionadas por las catastróficas inundaciones lo hicieron el segundo huracán más mortífero del Atlántico, cerca de 11.000 personas murieron y alrededor de 8.000 permanecían desaparecidas a finales de 1998.

Decenas de millares de casas fueron dañadas o destruidas, otra vez, a causa de los deslaves e inundaciones. No hay datos precisos sobre las pérdidas materiales, pero se calculan un poco más de 5.000 millones de dólares en daños.

En Honduras el 80% de la infraestructura de transporte del país fue destruida completamente, incluyendo muchos puentes y vías alternas; el daño fue tan grande que los mapas existentes fueron calificados como obsoletos.

A pesar de que Mitch nunca entró a Nicaragua, su larga trayectoria causó una prolongada lluvia que provocó daños en 17.600 casas y destruyó 23.900, desplazando 368.300 personas. Además, 340 escuelas y 90 centros de salud fueron dañados severamente o destruídos.

Mitch también fue responsable de la perdida del velero Fantome, propiedad de Windjammer Barefoot Cruises; los 31 miembros de la tripulación murieron.