No puedo dejar de asistir a los acontecimientos políticos actuales. Desde el extranjero nos avisan una y otra vez de nuestro mal camino, de los errores perennes en los que se empecina nuestro gobierno, en la urgencia de la necesidad de contención del gasto y reformas estructurales importantes. Y desde aquí se hace lo de siempre: decir que no pasa nada, que seguimos siendo la octava economía del mundo (Esto lo dijo recientemente la vicepresidenta en Washington. ¡Qué poca vergüenza!) y que somos muy solventes.

Total... ¡Qué van a saber los gurús internacionales de la economía! Caer en ese falso chauvinismo y creernos lo que nos dice el gobierno no debe llevarnos a una falsa tranquilidad, cuando los líderes económicos de opinión del mundo insisten en que llevamos el camino de Grecia. Y no creo que entonces suelten la mano de la pasta cuando nos habrán avisado por activa y por pasiva.

Yo ya no me siento tranquilo, porque se puede intentar tener fe en el gobierno una, dos, tres veces..., pero cuando cada mes (desde ni me acuerdo) el paro toca fondo (uno de cada cinco españoles está en paro), cuando crecen brotes verdes y todos sabemos que son de plástico chungo, cuando no se deja de argumentar que el gobierno no maquilla las estadísticas... Ahí hay gato encerrado.

El gobierno pretende que la economía se recupere sola, apelando a la mera confianza de los consumidores. Con eso se calmaría una tormentilla de verano, pero no un huracán de grado 5. Y lo peor es que nos están avisando. Y tenemos muchos precedentes para no caer en los mismos errores (en Francia con las ayudas sociales, en Grecia con el gasto público, nuestra propia experiencia con el ladrillo...)

Y nosotros a lo nuestro. Viajar a todos los sitios cuando deberían recluirse en casa a trabajar, y decir que atamos a los perros con longanizas, cuando aquí no se ve nada. ¡Nada! Sólo los saraos sobre los que desvían la atención de los problemas del país.

Lanzo una pregunta al aire: ¿Ustedes creen que si el presi se deshace de los asesores que nos cuestan cada año lo mismo que la cláusula de rescisión de David Villa, se le iba a notar? Pues que empiece a ahorrar.