La elección de Arturo Aliaga como presidente del PAR con el 83,3% de los votos ha puesto fin a quince años de liderazgo de José Ángel Biel, en un momento en el que la irrupción de nuevas formaciones ha dejado a los regionalistas sin la posibilidad de gobernar. Es cierto que sigue manteniendo cierta estructura en el territorio --ha conseguido 150 alcaldías, 956 concejales, nueve diputados provinciales y seis escaños en las Cortes --, pero las urnas del 24-M no han querido que fuera el clavito del abanico que hasta ahora ha configurado gobiernos, bien con el PSOE, bien con el PP. Aliaga, eufórico, presentó ayer un partido "renovado" y "creíble", del que dijo "vive un rebrote de ilusión contagiosa". Este es el gran reto al que se enfrenta: lograr que la formación mantenga su cuota o la aumente sin participar directamente en la gestión.