ENSEÑANZA

Aulas prefabricadas

Berta Vera, Cuarte de Huerva (Zaragoza)

Como ciudadano/a aragonés/a, estoy preocupado/a por la temperatura a la que se ven sometidas/os las/los niñas/os de cuatro años en las aulas prefabricadas del CEIP Foro Romano de Cuarte de Huerva, pues tienen que permanecer con abrigos dentro de las aulas. El Colegio Foro Romano está construido en unos terrenos del Ayuntamiento, alejados del núcleo principal (fomentando el uso del vehículo privado, con el consiguiente gasto de energía y contaminación, y en contra de las enseñanzas de ahorro energético y ecología que allí se imparten).

En vez de construir un tercer colegio, que de paso sustituya al ya anticuado Ramón y Cajal, se opta por las aulas prefabricadas, disminuyendo el espacio común de patio y de actividades mientras aumenta el alumnado; lo mismo del bilingüismo (mucho más alumnado pero proporcionalmente menos profesorado bilingüe), y la mitad del tiempo para comer (dos turnos) en tan solo dos horas; adiós a la sala de audiovisuales, que ha de ser empleada como clase normal.

No se nos da ningún tipo de explicación sobre lo que va a pasar al año que viene, dónde van a meter a los niños de tres años que se tengan que escolarizar nuevos, perderán aún más espacios comunes o los meterán a empujones.

Y ahora el frío en las prefabricadas- con esto ya se ve que no es la solución correcta. ¿Masificación, hacinamiento- o está todo en normativa?

Estamos también en desacuerdo con que desde los 12 años tengan que ir a Zaragoza, pues entre Cuarte, Cadrete, María, Botorrita, Mozota, etc. hay suficiente alumnado para construir un centro de enseñanza secundaria.

Por eso pedimos la urgente construcción de un tercer colegio de primaria, así como uno de secundaria en Cuarte de Huerva y exigimos a las administraciones públicas que garanticen nuestros derechos a una enseñanza pública gratuita y de calidad.

GESTIÓN PÚBLICA

De aquellos barros...

Joaquín Bozal Macaya, Zaragoza

La fiscalía ya tiene la denuncia por el sobreprecio de cinco millones de euros que facturó la DGA socialista en la compra de dos edificios a favor del empresario Agapito Iglesias. Ahora, de seguido, se anuncia otro capítulo de pago indebido de unos ocho más, también en Plaza, al mismo titular por la construcción de unas naves.

Según se desprende de las noticias, el accionista principal del Real Zaragoza pudo tener trato ventajoso del anterior gobierno.

Pues que se investigue, este caso y cuantos contratos de aquí y allá sean onerosos para las cuentas públicas. Y se restituya al erario.

Pero no desviemos la responsabilidad. Porque el Agapito Iglesias esplendoroso --crecido sobre el joven que tiraba de cemento en el andamio como pocos-- fue una criatura del poder absoluto del PSOE. Un hombre de paja y, pese a su posible patrimonio, un juguete roto. Su víctima. Y los negocios con él, de ser sucios, nuestro escarnio.

Porque escarnio es que al senador Marcelino Iglesias, ex presidente de Aragón y nuestro Chance Gardiner --protagonista del film Bienvenido Mr. Chance--, le siga dando juego tanta parquedad, los modos afectados de autoridad y la nadería como respuesta: mejor que la nueva DGA "mire sólo hacia adelante", ha declarado.

Feo panorama se nos presenta si la "respuesta socialista" es tapar los desmanes y no dar cuentas de la gestión pública.