La Comisión Europea ha fijado en 20.000 nuevas toneladas el permiso para retirar los excedentes de fruta de hueso generados, esencialmente en lo que afecta a Aragón en el Bajo Cinca. No alcanzan las peticiones reclamadas por los agricultores, pero es un balón de oxígeno. Unas ayudas , sin embargo, que no pueden ocultar un fenómeno que se produce año tras año y no solo como consecuencia de la guerra comercial con Rusia. Un incremento de la producción del riego por goteo y la falta de una estructura industrial que absorba los excedentes no contribuyen a equilibrar esta descompensación entre oferta y demanda. Urge tomar medidas a medio plazo o cada año se estará ante el mismo problema.