Las relaciones entre el Real Zaragoza y el Gobierno de la ciudad siguen siendo tensas aunque ambos se empeñan en trasladar que "en lo institucional" ambas partes atienden "de forma cordial" a sus compromisos y dialogan. Los dueños de la Fundación Zaragoza 2032 aprovecharon los tradicionales actos de inicio de temporada para escenificar que se sienten más a gusto en los actos religiosos que en la casa consistorial con el alcalde, Pedro Santisteve, al que ayer le dieron un plante en la recepción oficial del ayuntamiento a la entidad y a sus futbolistas.

Los dueños del club acudieron a la basílica del Pilar pero no a la invitación del primer edil para evidenciar su "protesta" por el trato dispensado con la frustrada remodelación integral del estadio y con hacerles pagar las reformas urgentes y el mantenimiento de La Romareda, instalaciones que solo ellos disfrutan. Además, sin comunicárselo al alcalde, que se enteró por otras personas, y no por el presidente, Christian Lapetra, con el que se reunió previamente y no se lo advirtió "ni oficial ni extraoficialmente". "No le quiero dar ninguna trascendencia porque la relación en cuanto al diálogo y a que cada uno cumpla con lo que tiene que cumplir, se va haciendo", dijo el alcalde. "Desconozco que haya motivos", añadió. Mientras que Lapetra dijo: "Entiendo que los que tienen que estar aquí son el equipo y el presidente del club. Lo del Pilar era un acto religioso".

Sobre el polémico convenio, sigue sin haber avances. Santisteve recordó que la espera actual no es indefinida y que urge dar con soluciones "duraderas". Y lamentó la "situación de incertidumbre" que genera que no se haya regulado el uso de La Romareda ni haya planes de remodelación, "pero es la que provoca no tener dinero ni conseguir que más agentes se impliquen". Pero él seguirá yendo al campo, dijo, aunque no sea a la grada. "No quiero prebendas", apostilló.

Respecto a los trabajos de reforma urgente, Santisteve afirmó que "cuando comience la Liga estarán en orden. Lo que hay dentro estará finalizado".