El Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia del Gobierno aragonés ultima la puesta en marcha de un plan dirigido a favorecer que las mujeres inmigrantes que por motivos culturales no recurren a determinados servicios sanitarios dispongan de una atención adecuada en igualdad de condiciones.

Así lo ha asegurado a los medios de comunicación el titular de este departamento autonómico, Ricardo Oliván, antes de presidir la inauguración del III Encuentro "Inmigración, Economía y Sociedad", que impulsa la Cátedra Bantierra de la Universidad de Zaragoza para analizar el impacto de la crisis sobre los flujos migratorios.

Oliván ha explicado que este programa tiene como finalidad concienciar a las mujeres, "y a sus maridos más que a ellas" ha subrayado, en relación a los servicios de que disponen en el sistema sanitario público.

Según el consejero, "hay servicios que no se pueden prestar en condiciones por parte de nuestros facultativos como consecuencia de barreras culturales, que no son sólo el idioma, que hacen difícil una adecuada atención".

Respecto a la necesidad del programa, se ha mostrado convencido de que "una forma de integración es también que se acceda a la sanidad en igualdad de condiciones con el conjunto de los usuarios".

En su intervención ante los medios, ha valorado las políticas puestas en marcha desde su departamento de apoyo a inmigrantes, personas que, según ha afirmado, "han venido a nuestro país a ayudarnos, fundamentalmente en época de expansión, y que ahora se han quedado en paro y necesitan nuestro apoyo".

Ha insistido en la necesidad de que estas iniciativas se ajusten a la actual normativa legal a fin de evitar el fenómeno de la inmigración ligado a la clandestinidad, del que derivan, a su juicio, situaciones "indeseables y de marginalidad".

Además, ha expresado su convicción de que el empleo, para las personas mayores, y la escuela, para los niños y jóvenes, son las "mejores" herramientas de integración de la población inmigrante.

Ha advertido, sin embargo, de que el elevado nivel de fracaso escolar entre los jóvenes inmigrantes y los condicionamientos culturales que afectan a las mujeres son barreras que dificultan este proceso integrador.

Según el consejero, entre 2007 y 2011, años de evolución de la crisis, la población inmigrante en Aragón creció en un 21 %, pasando de 148.000 a poco más de 170.000 personas, mientras que el número de afiliados en el mismo periodo de tiempo cayó en un 20 %, de 79.000 a unos 51.000.

A juicio del responsable político, esto evidencia que la crisis ha impactado con mayor fuerza en el colectivo inmigrante que, además, no dispone de grupos familiares de apoyo a los que acogerse en situaciones de desempleo.

Por su parte, la directora del Encuentro, la profesora Blanca Simón, titular de la Cátedra Bantierra, ha explicado que la crisis ha provocado una disminución del flujo migratorio, pero ha destacado al tiempo que los que ya se encontraba en España desde años atrás permanecen en el país.

Esta situación ha favorecido que en la actualidad vivan en el país unos 5 millones de inmigrantes, alrededor del 12 por ciento de la población, porcentaje que a principios de siglo se situaba en torno al 1 por ciento.

En este mismo sentido se ha pronunciado uno de los ponentes del foro, el profesor de Econometría Rafael de Arce, para quien la población inmigrante "vino a España porque la llamamos, porque quisimos crecer y nos hacía falta mano de obra".

A su juicio, "no había posibilidad de acometer el crecimiento tan alto que se produjo, el mayor de Europa en muchos años, sino hubiera sido por la población inmigrante, que ha aportado, claramente, más de lo que ha detraído o consumido".