La Guardia Civil ha interceptado a dos 'correos' chinos que pretendían sacar de España 422.510 euros con destino Francia y, posteriormente, China, que estaban escondidos en sobres ocultos en diferentes prendas de ropa de su equipaje, que llevaban en un coche de alta gama en el que viajaban.

Según fuentes del instituto armado, el vehículo, fue localizado la noche del lunes por agentes del Grupo de Acción Rural (GAR) y de la Policía Judicial de Álava en la autopista AP-68 a la altura de la localidad alavesa de Murguía en sentido Francia.

Dentro de un dispositivo de seguridad establecido en la zona, los agentes interceptaron el coche, ocupado por dos hombre de origen chino y al que efectuaron un exhaustivo registro.

Así, hallaron ocultos entre las ropas de las maletas fardos de billetes por un montante de 422.510 euros, cuya procedencia no pudieron acreditar, por lo que el dinero fue requisado porque sólo se permite sacar de España 10.000 euros sin declarar su origen.

Toda vez que el destino del dinero era, en principio, Francia, la Guardia Civil lo intervino para impedir una fuga de capitales del territorio español.

La cantidad de dinero en metálico carecía de la autorización previa pertinente para movimientos de pago y transacciones de moneda al extranjero, incumpliendo así las leyes de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo.

Al parecer, son dos 'correos' chinos cuya misión era recoger dinero de tiendas y otros establecimientos de ciudadanos de su nacionalidad.

Se trata de ingresos generados por actividades desarrolladas en España pero no declarados al fisco, y cuyo destino final es China.

Las fuerzas de seguridad están preocupadas por la "opacidad" de las actividades económicas de algunos ciudadanos chinos en España, que utilizan diversos "modus operandi" para sacar de nuestro país grandes cantidades de dinero que no revierten en el territorio donde se generan esos ingresos.

Además de este método de salida de dinero por carretera, aeropuertos y puertos son otros lugares por los que algunas redes chinas han desarrollado un perfecto entramado para evitar los controles de la Guardia Civil en actividades ilícitas, como el tráfico de medicamentos falsos o de cobre.