El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) ha abierto un nuevo frente en su campaña de fomento del consumo de agua del grifo, con la instalación de cuatro surtidores en edificios públicos de gran afluencia. Una iniciativa que se ampliará en un futuro, pero que de momento cuenta con cuatro ejemplos en el propio Ayuntamiento de Zaragoza de la plaza del Pilar, el edificio del Seminario, la Biblioteca del Agua de Echegaray y Caballero y el mercado provisional de Lanuza, junto a uno de sus accesos.

Según recordó la concejala de Medio Ambiente del consistorio, Teresa Artigas, durante la presentación de esta iniciativa ayer, la campaña En Zaragoza, mejor del grifo, persigue el consumo de agua del grifo, en detrimento de la embotellada, no solo por el ahorro económico sino por los beneficios colaterales para el Medioambiente, como la reducción de plásticos en circulación.

Por el momento solo se han instalado cuatro de estos surtidores, pero el plan es ampliar la red tanto en edificios públicos como en lugares de gran afluencia no se sabe cuántos.

Paralelamente, el consistorio está procediendo a la revisión del medio millar de fuentes públicas, así como a la instalación de dos nuevas, que se ubicarán en la calle La Lista de Schindler del barrio de Valdespartera y en el Párking Sur de la Expo, actual ubicación del rastro. Sin contar la de reciente instalación en la calle Octavio Paz.Esta revisión se acomete en dos frentes, indicaron fuentes municipales. Por un lado, la de los técnicos del Instituto Municipal de Salud Pública (IMSP), que han realizado un muestreo de una veintena de ellas para controlar la calidad del agua, con buenos resultados (solo una dio problemas, más que nada por acumulación de cal). Por el otro, los técnicos de parques y jardines están reparando los problemas de fontanería o roturas detectados en algunas de ellas, hasta un total de 27.

REVISIÓN POR CASAS

Paralelamente, los técnicos del IMSP están realizando análisis de las instalaciones en los hogares. Una iniciativa que se lleva a cabo por interés de los propios vecinos, que pueden solicitar una revisión de sus hogares si notan que el agua tiene mal sabor, excesiva turbidez u otro problema.

La posibilidad, según fuentes municipales, siempre ha existido, pero con apenas una pequeña difusión por redes sociales, durante el año pasado recibieron 320 solicitudes, y en lo que va de este han analizado otros 150 hogares. La responsabilidad municipal llega hasta la acometida de cada comunidad, y en la red pública, las revisiones apenas encuentran problemas. Sin embargo, los análisis que están entregando sí constatan algunas deficiencias en edificios muy antiguos.

Por un lado, la grifería sin renovar causa algunas contaminaciones de níquel. Por otro, algunas construcciones vetustas cuentan con aljibes intermedios, solución previa a las bombas hidráulicas, que en ocasiones se construyeron sin espacio para el acceso y limpieza, lo que también puede afectar a la calidad y sabor del agua de la red. Los técnicos entregan tras la revisión un informe en mano de los resultados de calidad del agua, y en su caso el consistorio anima a las comunidades a revisar y cambiar su instalación interna.

Además de la revisión de fuentes municipales y hogares, en su caso, la campaña de fomento incluye -fue su hito inicial- el impulso al consumo en bares. Al principio se entregaron decantadores (botellas) a una treintena de establecimientos que se adhirieron a la iniciativa, en colaboración con Horeca y la asociación Cafés y Bares. Independientemente de la respuesta del público, la iniciativa ha tenico buena acogida entre los propietarios y la próxima semana se entregarán nuevos enseres a más establecimientos, ya con el logotipo creado por Aurora Verón.