El discurso de Agapito Iglesias estuvo plagado de indirectas hacia dos personas cuyos nombres no aparecieron en toda la tarde, Antonio Prieto y Pedro Herrera. El motivo de su comparecencia era desmentir lo que calificó de "rumores", la idea de despedir tanto a los entrenadores como a la secretaría técnica, por lo que pidió, primero, que los periodistas contrastaran sus noticias y, segundo, que le revelaran las fuentes para poder despedirlas en caso de que trabajaran para el propio club. "Si viene de esta casa quiero que lo digais porque eso depura al Real Zaragoza", dijo Agapito.

El presidente habló a quienes acusó de estar detrás de que esas informaciones salieron a la luz el lunes, sin nombrarlos. "Es posible que estos días, cuando alguien haya creído que su puesto corre peligro, se ha podido poner en contacto con los medios", lanzó Agapito tras reiterar una y otra vez que, si es necesario, habrá cambios en la estructura deportiva. El presidente también insistió en saber quién contaba las cosas. "Decidme el nombre, lo traemos aquí y a lo mejor esa persona en un minuto está en la calle", aseveró.

Claro que, además de indirectas, hubo también más de una contradicción. Agapito se atribuyó todos los méritos de que José Aurelio Gay sea el entrenador del Real Zaragoza y, tras afirmar que jamás ha dudado de él, aseveró que no ha hablado nunca ni con Víctor Muñoz ni con ningún otro técnico para sustituirle y que tampoco ha dado orden para que nadie del club negocie con otro entrenador. Dijo que todo era "falso". Sin embargo, acabó reconociendo que el club sí había mantenido conversaciones con otros entrenadores.

"No ha habido ningún tipo de contacto ni he dado orden para que se hable con ningún entrenador", dijo, rotundo, el presidente. Pero también dijo al final: "No digo que los responsables deportivos no hayan hablado con entrenadores, pero Gay lo supo en todo momento. No he dado orden de hablar con ningún técnico. Si ha sido así, ha sido sin autorización". Agapito también negó haber negociado con otros directores deportivos. Cuando fue preguntado si se sentía cada vez más solo, respondió: "Creo que nunca he estado acompañado". Los términos que más repitió en toda la tarde fueron "normalidad" y "tranquilidad".