Aragón, en el centro de todo

Solo los muy entregados a la causa podían imaginar que aquella modesta caseta de obra, situada sobre una loma en medio del secarral al sur de Zaragoza, iba a ser el germen, dos décadas más tarde, de la mayor plataforma logística del sur de Europa. Los periodistas asistían incrédulos a las explicaciones de un exultante Marcelino Iglesias, ante la mirada de su hombre fuerte en grandes proyectos, el oscense Carlos Escó, y un entonces desconocido Ricardo García Becerril.

Recién iniciado su primer mandato en la DGA, Iglesias aludió a la privilegiada situación geoestratégica de Aragón, en el centro del rico nordeste de la Península, lo que aseguró iba a añadir un alto valor logístico a las centenares hectáreas de matorral quemadas por los rayos solares que se abrían paso a los pies de la comitiva de altos cargos e informadores.

Se trataba, en definitiva, de aprovechar la magnífica ubicación de la capital aragonesa, en el centro de la circunferencia que une Bilbao, Madrid, Valencia, Barcelona, Marsella, Toulouse y Burdeos, en el corazón de la zona más desarrollada de España y el sur de Francia. El gran lastre del sueño logístico del Gobierno de Aragón en sus orígenes fue precisamente que era tan enorme en sus proporciones, el proyecto era tan mastodóntico, que no era creíble.

Las macrocifras sobre la extensión y la esperada ocupación de empresas en el que iba a ser el gran motor de la economía aragonesa y una alternativa a la todopoderosa Opel de Figueruelas, cayeron en saco roto en una sociedad aragonesa escéptica ante noticias que a menudo se desinflaban como un suflé.

El incierto mapa político aragonés

Todo se movía en una nebulosa, hasta que en 2003, apareció en escena la multinacional gallega del textil, Inditex. De repente, la Plataforma Logística de Zaragoza cobró forma. Al desembarcar en el polígono logístico zaragozano, la empresa de Amancio Ortega actuó de imán de otras que entonces sí creyeron en el proyecto. Se multiplicó la presencia empresarial, se sucedieron las ampliaciones de suelo y el aeropuerto renació para el transporte de mercancías.

Tras una etapa de parálisis por la crisis económica del 2008, que supuso un frenazo en la venta de parcelas, y la sombra de corrupción que encerró en la cárcel a su gerente, García Becerril, condenado a dos años y un día, el macropolígono zaragozano atraviesa desde hace por un momento muy dulce.

Aragón Plataforma Logística va a centrar su estrategia futura en ofertar parcelas XXL para atender a la demanda del mercado logístico e industrial actual

Ocupa más de trece millones de metros cuadrados, alberga a más de 500 empresas que dan trabajo a más de 16.000 personas. Es el recinto logístico de mayores dimensiones de Europa y lidera el conjunto de plataformas logísticas que integran la oferta de la comunidad autónoma en Huesca, Teruel, Fraga y, la última incorporación, Zuera. En su conjunto, en las plataformas públicas aragonesas hay hoy más de 600 empresas y más de 21.000 personas ocupadas.

Aragón Plataforma Logística (APL) cumplió cinco años en 2022 y va a centrar su estrategia futura en ofertar parcelas XXL para atender a la demanda del mercado logístico e industrial actual. APL cerró 2022 con la segunda ampliación en la Plataforma Logística de Zaragoza en marcha, que ofrecerá una nueva superficie de 2,4 millones de metros cuadrados, y la que será la nueva Plataforma en Zuera (PLZuera), que pondrá en el mercado otros 1,5 millones de metros cuadrados de suelo logístico público junto a las instalaciones de Huesca (Plhus) y Teruel (Platea).

Los principales hitos de esta sociedad pública fueron el pasado año el aumento de la presencia de grandes empresas en Plaza. Así, la ampliación de Inditex y la implantación de la multinacional MSC, naviera líder en el transporte de contenedores, destacan entre las principales novedades.

A las dos terminales ferroviarias de Zaragoza, la de Adif y la Terminal Marítima de Zaragoza (TMZ), esta última se encuentra en fase de ampliación para duplicar su capacidad, se suma el ambicioso proyecto de la autopista ferroviaria, en ejecución, que transportará mercancías entre Algeciras y la capital aragonesa. Este corredor ferroviario de 1.074 kilómetros de longitud sacará 48.000 camiones de la carretera y empezará a funcionar en 2024, según las previsiones del Gobierno central.

El principal problema de esta estratégica infraestructura que trasportará productos del norte de África radica en que las mercancías no viajarán a Europa por Aragón, ya que no existe ninguna conexión ferroviaria por el Pirineo Central - el ambicioso proyecto de la Travesía Central por el Vignemale sigue paralizado-, por lo que las mercancías cruzarán la frontera por el futuro corredor Cantábrico-Meditérráneo hacia Irún y la Junquera. 

La oferta logística de Aragón se ha ampliado recientemente con las obras de reconversión de los suelos de la antigua Universidad Laboral, en Malpica un gran centro logístico privado.